Para impedir la llegada de la arena al canal de entrada al puerto onubense no quedó otra que tender un espigón de 2,5 kilómetros en paralelo a la costa, de acceso peatonal (nunca bajo fuertes oleajes), y que impresiona al verse el viajero mar adentro, muy adentro.
Antes de esta invitación al paseo atravesaremos el paraje natural Marismas del Odiel, donde tan cerca picotean flamencos y aves limícolas. Le sigue el puente del Burro (levadizo) y la atractiva playa del Espigón, donde bañarnos antes o después de la caminata. Este extenso arenal rectilíneo cuenta con un sector reservado a mascotas.
Pescadores y paseantes, todos bien surtidos de sombreros y agua, son los usuarios habituales camino de la baliza. Anima el paseo el dragar de los barcos coquineros y quizá el paso de gigantescos barcos cargados con gas argelino.
La autoridad portuaria recomienda extremar las precauciones por las dificultades en caso de rescate.
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