Se cuenta de ciertos nigromantes burgaleses, que disponían de unos extraños duendes (similares a otras familias de duendes castellanos), conocidos como enemiguillos.
Estos espíritus familiares son de diminuto tamaño y sumamente obedientes con su dueño, por mediación de ciertos conjuros. Estos también pueden ser los duendes diminutos que se mencionan por ejemplo en Torre de Juan Abad (Ciudad Real) entre asilvestrados y domésticos, que viven en las cavidades de los árboles, nidos de aves, etc, pero habitan cortas temporadas en domicilios humanos para cometer sus pequeñas fechorías. Aunque existe la creencia de ancianos asistidos por estos personajillos en momentos de debilidad de memoria.
Su extrema pequeñez les obliga a ser muy prudentes y cautos en sus desplazamientos y correrías. Se cree que posee la facultad del lenguaje de los animales.
De todo un poco. Leyendas, tradiciones e historias curiosas de todas las regiones de España. Unas son verdad y otras no tanto.
Selección
martes, 29 de julio de 2014
domingo, 27 de julio de 2014
La minas de oro del Teleno
La sierra fue transformada en una gran batea para extraer el oro con agua de cumbres y ríos.
El mayor complejo de minería romana del mundo suma 38 kilómetros cuadrados. Los romanos convirtieron la sierra del Teleno, hace dos mil años, en una gran batea a escala industrial para extraer el oro. La arrugia, técnica de explotación minera que utiliza la fuerza del agua para beneficiar el metal rey, tiene en las 78 minas auríferas de la sierra del Teleno el ejemplo más espectacular de minería hidráulica de época romana existente en el mundo. Para separar el oro de los materiales estériles en grandes canales de lavado se encauzó el agua por canales y se almacenó en depósitos.
La investigación realizada por el ingeniero y profesor de la Universidad de León Roberto Matías ha puesto al descubierto, además, los 135 kilómetros de canalizaciones existentes entre la cota 1.400 y la cumbre del Teleno así como 90 depósitos de agua. La longitud de los canales se triplicará, como mínimo, cuando se complete la investigación de la red hidráulica por debajo de los 1.400 metros, un trabajo en el que Matías calcula que invertirá otros dos años de su tiempo y dinero.
Aparte de inventarios de uso interno y alguna publicación divulgativa, que ni siquiera ha sido entregada a los Ayuntamientos de la zona, ni el Ministerio de Defensa -titular del campo de tiro que incluye parte de las minas- ni la Consejería de Cultura, que tiene las competencias en Patrimonio han hecho ningún trabajo para ampliar las investigaciones parciales que hizo Claude Domergue en los años 70 -él fue quien lo bautizó como el «mayor complejo mundial de minería romana»- y otros investigadores en los años 80.
Los romanos ensayaron en el Teleno diferentes técnicas extractivas hidráulicas, desde la explotaciones en peines o arados a través de zanjas poco profundas como se puede ver en Las Moraceras o los Pinares de Castrocontrigo, a las zanjas, canales y cortes de arroyada debido al ensanchamiento de aquellas. En otros depósitos de oro, como Fuco Chico y la Piozadera, en Luyego, utilizaron el sistema de ruina montium, que, como se hizo en Las Médulas, combina el uso del agua y un sistema subterráneo de pozos o galerías.
También existen ejemplos de minería subterránea como la Cueva de los Moros de Tabuyo. En el noroeste peninsular hay medio millar de minas de oro de época romana.
En el Teleno los trabajos adquirieron tal envergadura que en la vertiente norte -la que coincide con el campo de tiro del Ministerio de Defensa- hay 18 kilómetros de extensión continuada de explotaciones auríferas en la ribera del río Duerna, desde Molinaferrera. Los restos más espectaculares, son el poblado minero de la corona de Quintanilla y las zanjas canales de lavado con toneladas de cantos amontonados -las murias- resultado de la evacuación de escombros para obtener el oro. «La magnitud de los trabajos de minería romana en la sierra del Teleno llega a alcanzar en su conjunto dimensiones y volúmenes superiores a los registrados en Las Médulas», asegura el ingeniero Roberto Matías.
Su estudio ha destapado un patrimonio oculto por el olvido y en parte prohibido, al estar dentro del territorio del campo de tiro que el Ministerio de Defensa utiliza para entrenar a sus tropas y probar armamento sofisticado de Europa. «Sólo podremos saber cuántos trabajadores hubo en las minas del Teleno si acotamos su período de funcionamiento»
ROBERTO MATÍAS, ingeniero de Minas y profesor de la Universidad de León
El mayor complejo de minería romana del mundo suma 38 kilómetros cuadrados. Los romanos convirtieron la sierra del Teleno, hace dos mil años, en una gran batea a escala industrial para extraer el oro. La arrugia, técnica de explotación minera que utiliza la fuerza del agua para beneficiar el metal rey, tiene en las 78 minas auríferas de la sierra del Teleno el ejemplo más espectacular de minería hidráulica de época romana existente en el mundo. Para separar el oro de los materiales estériles en grandes canales de lavado se encauzó el agua por canales y se almacenó en depósitos.
La investigación realizada por el ingeniero y profesor de la Universidad de León Roberto Matías ha puesto al descubierto, además, los 135 kilómetros de canalizaciones existentes entre la cota 1.400 y la cumbre del Teleno así como 90 depósitos de agua. La longitud de los canales se triplicará, como mínimo, cuando se complete la investigación de la red hidráulica por debajo de los 1.400 metros, un trabajo en el que Matías calcula que invertirá otros dos años de su tiempo y dinero.
Aparte de inventarios de uso interno y alguna publicación divulgativa, que ni siquiera ha sido entregada a los Ayuntamientos de la zona, ni el Ministerio de Defensa -titular del campo de tiro que incluye parte de las minas- ni la Consejería de Cultura, que tiene las competencias en Patrimonio han hecho ningún trabajo para ampliar las investigaciones parciales que hizo Claude Domergue en los años 70 -él fue quien lo bautizó como el «mayor complejo mundial de minería romana»- y otros investigadores en los años 80.
Los romanos ensayaron en el Teleno diferentes técnicas extractivas hidráulicas, desde la explotaciones en peines o arados a través de zanjas poco profundas como se puede ver en Las Moraceras o los Pinares de Castrocontrigo, a las zanjas, canales y cortes de arroyada debido al ensanchamiento de aquellas. En otros depósitos de oro, como Fuco Chico y la Piozadera, en Luyego, utilizaron el sistema de ruina montium, que, como se hizo en Las Médulas, combina el uso del agua y un sistema subterráneo de pozos o galerías.
También existen ejemplos de minería subterránea como la Cueva de los Moros de Tabuyo. En el noroeste peninsular hay medio millar de minas de oro de época romana.
En el Teleno los trabajos adquirieron tal envergadura que en la vertiente norte -la que coincide con el campo de tiro del Ministerio de Defensa- hay 18 kilómetros de extensión continuada de explotaciones auríferas en la ribera del río Duerna, desde Molinaferrera. Los restos más espectaculares, son el poblado minero de la corona de Quintanilla y las zanjas canales de lavado con toneladas de cantos amontonados -las murias- resultado de la evacuación de escombros para obtener el oro. «La magnitud de los trabajos de minería romana en la sierra del Teleno llega a alcanzar en su conjunto dimensiones y volúmenes superiores a los registrados en Las Médulas», asegura el ingeniero Roberto Matías.
Su estudio ha destapado un patrimonio oculto por el olvido y en parte prohibido, al estar dentro del territorio del campo de tiro que el Ministerio de Defensa utiliza para entrenar a sus tropas y probar armamento sofisticado de Europa. «Sólo podremos saber cuántos trabajadores hubo en las minas del Teleno si acotamos su período de funcionamiento»
ROBERTO MATÍAS, ingeniero de Minas y profesor de la Universidad de León
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Alfonso VI el de la mano Horadada
Cuenta la tradición toledana que Alfonso VI huyendo de su hermano Sancho II, después de escaparse de su prisión en el monasterio de Sahagún disfrazado de monje, vino a refugiarse con el rey moro de Toledo, Al-Mamun, el cual le acogió de corazón y le ofreció para su residencia el palacio de Galiana, a la orilla del Tajo.
Entre ambos hubo un acuerdo, el moro le trataría fielmente y le proporcionaría todo lo necesario para que no le faltara de anda en su estancia en Toledo, el cristiano juro ser leal y ayudarle en lo que necesitase y claro esta no salir de los límites de la ciudad sin su licencia.
La vida de Alfonso era muy desahogada y tranquila, sus principales diversiones eran la caza, paseos por los bellos parajes de Toledo, charlar con los hombres más cultos del reino de Al-Mamun y por supuesto los torneos.
Al-Mamun acudió un día al palacio de Galiana invitado por Alfonso a un ágape, con el rey musulmán acudieron también consejeros y hombres de confianza. Después de la comida la conversación entre estos discurrió hacia la ciudad de Toledo, se afirmaba su gran fortaleza e inexpugnabilidad. Estaban platicando sobre el tema cuando Al-Mamun con rostro preocupado se levanto y salió al jardín, Inmediatamente detrás de él salieron sus hombres de confianza y consejeros. Como era la hora de la siesta y hacía calor se sentaron debajo de unos árboles sobre la jugosa y fresca hierba. De esta forma tras sentarse empezaron a hablar sobre los puntos débiles de Toledo, y ahí fue cuando se suscito una conversación, unos decían que Toledo jamás podía ser tomado por la fuerza mientras otros afirmaban que si quitasen el abastecimiento durante 7 años seguidos tomando los campos viñedos y arboledas, todos asintieron pero llegaron a la conclusión de que necesitarían gran gasto de soldados y dinero para poder resistir siete. Mientras esto discutían Alfonso desde lejos les oía discutir pero el tono de estos era muy bajo y decidió acercarse a unos matorrales que estaban cerca y tumbarse para escuchar lo que decían.
La discusión fue acallada por Al-Mamun y todos le escuchaban atentos cuando decía que Toledo tenía un gran punto débil, la fachada que daba al este, no tenia río, seria muy fácil entrar por ese lado. Mientras todos le escuchaban empezaron a caminar para desperezarse, en ese momento fue cuando vieron a Alfonso tumbado sobre la hierba dormido. Todos se sobresaltaron pero Al-Mamun para comprobar si verdaderamente estaba dormido se le ocurrió una treta. En voz baja para no despertarle pero suficientemente alta para que lo oyera si se hacía el dormido pidió que le trajeran plomo fundido, al instante trajeron la marmita y el fuego y lo derritieron allí mismo.
Alfonso tenia una mano extendida y una vez derretido pensaban acercárselo a la mano, de esta manera si estuviera despierto la quitaría y le descubrirían, poco a poco le fueron acercando el plomo ardiendo a la mano y no la quitó. Sólo cuando el plomo ardiendo toco su mano chilló de dolor como un lobo, Al-Mamun tras lo visto respiro tranquilo y supuso que estaba dormido.
Si estaba dormido eso nunca lo sabremos, lo que si sabemos es que tiempo después cuando Al-Mamun ya no reinaba Toledo Alfonso entro en la ciudad por la puerta del este, desde entonces esa puerta recibe el nombre de la Puerta de Alfonso VI el de la mano Horadada.
Entre ambos hubo un acuerdo, el moro le trataría fielmente y le proporcionaría todo lo necesario para que no le faltara de anda en su estancia en Toledo, el cristiano juro ser leal y ayudarle en lo que necesitase y claro esta no salir de los límites de la ciudad sin su licencia.
La vida de Alfonso era muy desahogada y tranquila, sus principales diversiones eran la caza, paseos por los bellos parajes de Toledo, charlar con los hombres más cultos del reino de Al-Mamun y por supuesto los torneos.
Al-Mamun acudió un día al palacio de Galiana invitado por Alfonso a un ágape, con el rey musulmán acudieron también consejeros y hombres de confianza. Después de la comida la conversación entre estos discurrió hacia la ciudad de Toledo, se afirmaba su gran fortaleza e inexpugnabilidad. Estaban platicando sobre el tema cuando Al-Mamun con rostro preocupado se levanto y salió al jardín, Inmediatamente detrás de él salieron sus hombres de confianza y consejeros. Como era la hora de la siesta y hacía calor se sentaron debajo de unos árboles sobre la jugosa y fresca hierba. De esta forma tras sentarse empezaron a hablar sobre los puntos débiles de Toledo, y ahí fue cuando se suscito una conversación, unos decían que Toledo jamás podía ser tomado por la fuerza mientras otros afirmaban que si quitasen el abastecimiento durante 7 años seguidos tomando los campos viñedos y arboledas, todos asintieron pero llegaron a la conclusión de que necesitarían gran gasto de soldados y dinero para poder resistir siete. Mientras esto discutían Alfonso desde lejos les oía discutir pero el tono de estos era muy bajo y decidió acercarse a unos matorrales que estaban cerca y tumbarse para escuchar lo que decían.
La discusión fue acallada por Al-Mamun y todos le escuchaban atentos cuando decía que Toledo tenía un gran punto débil, la fachada que daba al este, no tenia río, seria muy fácil entrar por ese lado. Mientras todos le escuchaban empezaron a caminar para desperezarse, en ese momento fue cuando vieron a Alfonso tumbado sobre la hierba dormido. Todos se sobresaltaron pero Al-Mamun para comprobar si verdaderamente estaba dormido se le ocurrió una treta. En voz baja para no despertarle pero suficientemente alta para que lo oyera si se hacía el dormido pidió que le trajeran plomo fundido, al instante trajeron la marmita y el fuego y lo derritieron allí mismo.
Alfonso tenia una mano extendida y una vez derretido pensaban acercárselo a la mano, de esta manera si estuviera despierto la quitaría y le descubrirían, poco a poco le fueron acercando el plomo ardiendo a la mano y no la quitó. Sólo cuando el plomo ardiendo toco su mano chilló de dolor como un lobo, Al-Mamun tras lo visto respiro tranquilo y supuso que estaba dormido.
Si estaba dormido eso nunca lo sabremos, lo que si sabemos es que tiempo después cuando Al-Mamun ya no reinaba Toledo Alfonso entro en la ciudad por la puerta del este, desde entonces esa puerta recibe el nombre de la Puerta de Alfonso VI el de la mano Horadada.
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sábado, 26 de julio de 2014
Los granos de la Granada
Estando Castilla en plena guerra contra Portugal, el rey de
Granada, Muley-Hacén, envió a Sevilla una embajada pidiendo una prórroga a la tregua que con
su reino tenían los cristianos. Se le envió una carta aceptando, pero a cambio
de recibir dinero y esclavos. Respondió el rey indignado que «ya no había reyes
en aquel reino que pagaran tributo a los cristianos» y que en Granada «no se
labra oro, sino alfanjes y hierros de lanza contra nuestros enemigos».
Al recibir esta respuesta Fernando se indignó, pero, como no
podía hacer otra cosa por el momento, cuentan que se limitó a exclamar: «Yo arrancaré,
uno a uno, los granos de esa granada.»
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jueves, 24 de julio de 2014
Bentor - Rey Guanche
La historia del Mencey, Bentor ilustra la fatalidad que, para los guanches, supuso la invasión europea.
Bentor o Bentorey, hijo de Bencomo, otro Mencey significado en la resistencia a la conquista, libró la última de las batallas contra el ejército castellano. Derrotado, antes de rendirse prefirió despeñarse por el barranco de Tigaiga, en el municipio de Los Realejos.
Una escultura, ubicada en el mirador de El Lance, recuerda este acontecimiento histórico
Bentor o Bentorey, hijo de Bencomo, otro Mencey significado en la resistencia a la conquista, libró la última de las batallas contra el ejército castellano. Derrotado, antes de rendirse prefirió despeñarse por el barranco de Tigaiga, en el municipio de Los Realejos.
Una escultura, ubicada en el mirador de El Lance, recuerda este acontecimiento histórico
Bencomo - Rey Guanche
Bencomo fue el Mencey (rey guanche) de Taoro durante la conquista de los castellanos. Su reino estaba conformado por las tierras de la zona hoy conocida como valle de La Orotava. Bencomo lideró las fuerzas aborígenes que se opusieron a la invasión y pasó a la historia con el sobrenombre de Rey Grande.
Murió en 1495, a la edad de 70 años, durante el transcurso de la batalla que tuvo lugar en La Laguna, frente a las tropas del Adelantado Alonso Fernández de Lugo.
Murió en 1495, a la edad de 70 años, durante el transcurso de la batalla que tuvo lugar en La Laguna, frente a las tropas del Adelantado Alonso Fernández de Lugo.
miércoles, 23 de julio de 2014
Convento de Santa Isabel - Madrid
Tenía,
en el siglo XVI, su casa en la calle del Príncipe, que era una de
las más suntuosas y visitadas entonces, Dª. Prudencia Grilo, hija
(o viuda, según otros) de un rico banquero, una de las diosas de
aquel Olimpo de la corte. Frecuentaban su casa los caballeros más
distinguidos. Todos solicitaban la mano de la opulenta señora, pero
la desdeñosa dama había fijado
su pensamiento en un doncel guapísimo, con quien deseaba unirse en
santo lazo, y si venía aplazando el momento anhelado, era por no
prescindir de su amor al lujo, ni privarse de competir con las más
grandes bellezas de la corte, a quienes eclipsaba siempre con las
gracias de su rostro, el contoneo de su cuerpo y el esplendor de sus
trajes. El amante, desesperado de tanto capricho, que él juzgaba
desdén, tomó una resolución peligrosa y extrema. Felipe II
preparaba su famosa armada invencible, y se ofreció a marchar en
ella como voluntario. Cuentan las crónicas, que al separarse los dos
amantes, el caballero dijo a la dama, que le preguntaba como tendría noticias
suyas. — «Por estos damascos, (señalando a los que había
colgados en la sala) , y si muero, además de ellos, moveré las
gavetas de ese
escritorio, siendo la señal última descorrer las cortinas de
vuestro lecho»
Prudencia tomó a broma aquellos avisos fatídicos. A los pocos días había olvidado a su amante, y se entregaba de nuevo a sus acostumbradas distracciones. Pero una noche, acababa de acostarse y apenas se había quedado traspuesta, cuando le pareció que se movían los tapices de la sala; saltó de la cama para cerciorarse, y nada observó: quiso volver al lecho, y le faltaron las fuerzas, porque mirando involuntariamente a las gavetas, vio que se movían.
Quiso dar un grito y no pudo: se dirigió vacilante a la cama y a su llegada se descorrieron solas las cortinas. Entonces cayó desmayada, y estuvo enferma de muerte mucho tiempo. Durante él fueron hechas públicas en Madrid, las noticias que trajo del Escorial, un correo, referentes a la pérdida de la armada y a la muerte del amante de Dª Prudencia, que tenía en la flota empleo de oficial. Entonces decidióse la dama a abandonar el mundo, y fundó el Convento de Santa Isabel, donde profesó en 1589.
Veinte años después, yendo a visitar el convento la Reina Margarita de Austria, mujer de Felipe III oyó violines que tocaban música de la Pavana. Preguntó a las monjas si tenían recreación de música en la Casa, y la contestaron que era la del Corral de la Pacheca, y comprendiendo lo impropio de la situación del convento con semejante vecindad, lo trasladó al terreno de la Casa de Campo, confiscada al famoso Antonio Pérez, que había en las afueras, donde hoy está la ancha calle a que ha dado nombre el convento.
Prudencia tomó a broma aquellos avisos fatídicos. A los pocos días había olvidado a su amante, y se entregaba de nuevo a sus acostumbradas distracciones. Pero una noche, acababa de acostarse y apenas se había quedado traspuesta, cuando le pareció que se movían los tapices de la sala; saltó de la cama para cerciorarse, y nada observó: quiso volver al lecho, y le faltaron las fuerzas, porque mirando involuntariamente a las gavetas, vio que se movían.
Quiso dar un grito y no pudo: se dirigió vacilante a la cama y a su llegada se descorrieron solas las cortinas. Entonces cayó desmayada, y estuvo enferma de muerte mucho tiempo. Durante él fueron hechas públicas en Madrid, las noticias que trajo del Escorial, un correo, referentes a la pérdida de la armada y a la muerte del amante de Dª Prudencia, que tenía en la flota empleo de oficial. Entonces decidióse la dama a abandonar el mundo, y fundó el Convento de Santa Isabel, donde profesó en 1589.
Veinte años después, yendo a visitar el convento la Reina Margarita de Austria, mujer de Felipe III oyó violines que tocaban música de la Pavana. Preguntó a las monjas si tenían recreación de música en la Casa, y la contestaron que era la del Corral de la Pacheca, y comprendiendo lo impropio de la situación del convento con semejante vecindad, lo trasladó al terreno de la Casa de Campo, confiscada al famoso Antonio Pérez, que había en las afueras, donde hoy está la ancha calle a que ha dado nombre el convento.
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martes, 22 de julio de 2014
La Mayordoma de San Narciso
La Mayordoma era una tía-abuela de Santa Afra que
acompañó al obispo cuando vino a vivir a Girona. La Mayordoma era
una mujer de más de cien años inmensamente gorda, presumida y
cotilla. También tenia fama de ser buena cocinera y conocedora de
las artes esotéricas. Iba vestida con ropas de colores chillones y
cascabeles para hacer notar a la gente su paso.
Las dotes de cocinera de la Mayordoma habían hecho que inventase manjares muy sabrosos así como su conocimiento de las artes esotéricas le permitieron que, una vez que se enfado mucho, hizo que todas las iglesias de Girona quedasen llenas de telarañas con unas arañas inmensas.
Un día, debido a una irreverencia hacia San Narciso, este le retiró los poderes que tenía convirtiéndola en el hazmerreír de la ciudad, hasta que un buen día, tuvo una visión que preveía el martirio y la muerte de San Narciso y San Félix.
Cuando sus presentimientos se hicieron realidad, la Mayordoma se volvió humilde y se dedicó al cuidado de los enfermos y desvalidos. Poco antes de morir, mandó encender un fuego delante de la puerta de la Catedral e inventó la sopa de menta. Cuando murió, los gerundenses que cargaron con su cuerpo quedaron admirados de que a pesar de su tamaño pesase menos que un gorrión.
Las dotes de cocinera de la Mayordoma habían hecho que inventase manjares muy sabrosos así como su conocimiento de las artes esotéricas le permitieron que, una vez que se enfado mucho, hizo que todas las iglesias de Girona quedasen llenas de telarañas con unas arañas inmensas.
Un día, debido a una irreverencia hacia San Narciso, este le retiró los poderes que tenía convirtiéndola en el hazmerreír de la ciudad, hasta que un buen día, tuvo una visión que preveía el martirio y la muerte de San Narciso y San Félix.
Cuando sus presentimientos se hicieron realidad, la Mayordoma se volvió humilde y se dedicó al cuidado de los enfermos y desvalidos. Poco antes de morir, mandó encender un fuego delante de la puerta de la Catedral e inventó la sopa de menta. Cuando murió, los gerundenses que cargaron con su cuerpo quedaron admirados de que a pesar de su tamaño pesase menos que un gorrión.
domingo, 20 de julio de 2014
El "cremat" de la Costa Brava
Un ron "cremat" (quemado) o simplemente un "cremat" es una bebida alcohólica elaborada con ron u otro aguardiente, café en grano y en infusión, azúcar, cáscara de limón y canela.
Se pone todo en una cazuela de barro y se calienta durante unos 10 minutos para que pierda parte del alcohol. Se sirve en vasos o preferentemente en tazas porque tienen asa y la bebida está muy caliente. En la Costa Brava es costumbre servirlo durante las audiciones de habaneras.
Es originario de la Costa Brava, pero hoy en día se ha extendido por todo el levante español e incluso a tierras del interior.
En la provincia de Castellón se prepara con ron, café y azúcar únicamente y se deja quemar durante media hora. Se le denomina "calmant de Herbers". La preparación es parecida a la del "cremat". Se deja arder hasta que los expertos catadores dicen que ya está bueno. Mientras dura la elaboración se apagan las luces y se entonan canciones festivas acompañadas a la guitarra.
Se pone todo en una cazuela de barro y se calienta durante unos 10 minutos para que pierda parte del alcohol. Se sirve en vasos o preferentemente en tazas porque tienen asa y la bebida está muy caliente. En la Costa Brava es costumbre servirlo durante las audiciones de habaneras.
Es originario de la Costa Brava, pero hoy en día se ha extendido por todo el levante español e incluso a tierras del interior.
En la provincia de Castellón se prepara con ron, café y azúcar únicamente y se deja quemar durante media hora. Se le denomina "calmant de Herbers". La preparación es parecida a la del "cremat". Se deja arder hasta que los expertos catadores dicen que ya está bueno. Mientras dura la elaboración se apagan las luces y se entonan canciones festivas acompañadas a la guitarra.
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El Musgoso
Nadie le ha oído nunca hablar, pero en los montes de Cantabria todo el mundo le respeta y le conoce y muchos son los pastores que le deben incluso la vida. El Musgoso sólo vive para hacer bien en el monte, para avisar de los peligros de la Naturaleza, del Ojáncano y de otros seres malignos.
Es un hombre alto y delgado, de cara pálida, ojos pequeños y hundidos y barba negra muy larga. Viste una zamarra de musgo seco y sandalias de piel de lobo y en el zurrón lleva siempre una flauta de una madera desconocida.
Siempre está caminando, muy lentamente, como si estuviera cansado, pero nunca se detiene. A veces toca la flauta y, sin dejar de andar, interpreta dulces y a la vez tristes melodías que son inconfundibles, pero nunca por la noche, ya que por la noche silba. El sonido de la flauta del Musgoso hace que los pastores se protejan del temporal que llega, guardando sus rebaños y buscando refugio.
Otras veces lo que alerta a los pastores no es ni su silbido ni el sonido de su flauta, sino unos ruidos característicos como de una rama que se desgaja o una piedra que rueda monte abajo. Esto hace que los pastores estén muy atentos, pues es señal de que algún peligro les aguarda.
Es un hombre alto y delgado, de cara pálida, ojos pequeños y hundidos y barba negra muy larga. Viste una zamarra de musgo seco y sandalias de piel de lobo y en el zurrón lleva siempre una flauta de una madera desconocida.
Siempre está caminando, muy lentamente, como si estuviera cansado, pero nunca se detiene. A veces toca la flauta y, sin dejar de andar, interpreta dulces y a la vez tristes melodías que son inconfundibles, pero nunca por la noche, ya que por la noche silba. El sonido de la flauta del Musgoso hace que los pastores se protejan del temporal que llega, guardando sus rebaños y buscando refugio.
Otras veces lo que alerta a los pastores no es ni su silbido ni el sonido de su flauta, sino unos ruidos característicos como de una rama que se desgaja o una piedra que rueda monte abajo. Esto hace que los pastores estén muy atentos, pues es señal de que algún peligro les aguarda.
sábado, 19 de julio de 2014
El Tragaldabas
Este personaje del folklore castellano, también conocido como El Zamparrón o La Zarrampla, es representado como monstruo u ogro grande de boca enorme y gran buche o barriga con una voracidad insaciable. Algo amorfo y elástico y de estómago infernal. Capaz de ingerir hasta un ejército entero. De ahí su nombre al referirse al tragar o zampar de una atacada o sin masticar.
Usado como “asusta niños” que no quieren dormir, es común a otras regiones ibéricas como “O Papón”, gallego o asturiano y el portugués “O Papão”.
Aurelio M. Espinosa recoge en 1988 un cuento de la tradición oral en Astudillo (Palencia), en el cual el monstruo advierte a quienes se acercan que se tragará a quién lo haga. Y así va comiéndose a tres nietecitas, un molinero, un rebaño de ovejas y un batallón de soldados, etc. (varían los personajes según la versión). Hasta que llega una hormiguita, la cual recibe la misma amenaza que los anteriores, pero ésta le replica que le picará el culo (o se le meterá por él, según distintas versiones) y le hará bailar, consiguiendo así que expulse a todos los que se ha comido (por el culo o regurgitados) y entre todos le darán fin.
En diversas fiestas municipales existe la costumbre de montar una especie de “atracción” de cartón piedra denominada “tío Tragaldabas” (o “Tía Melitona”) En la que los niños pueden subir, penetrar por la enorme boca y tirarse por el tobogán para salir por detrás de la figura.
Según la DRAE es nombre coloquial de persona muy tragona.
Usado como “asusta niños” que no quieren dormir, es común a otras regiones ibéricas como “O Papón”, gallego o asturiano y el portugués “O Papão”.
Aurelio M. Espinosa recoge en 1988 un cuento de la tradición oral en Astudillo (Palencia), en el cual el monstruo advierte a quienes se acercan que se tragará a quién lo haga. Y así va comiéndose a tres nietecitas, un molinero, un rebaño de ovejas y un batallón de soldados, etc. (varían los personajes según la versión). Hasta que llega una hormiguita, la cual recibe la misma amenaza que los anteriores, pero ésta le replica que le picará el culo (o se le meterá por él, según distintas versiones) y le hará bailar, consiguiendo así que expulse a todos los que se ha comido (por el culo o regurgitados) y entre todos le darán fin.
En diversas fiestas municipales existe la costumbre de montar una especie de “atracción” de cartón piedra denominada “tío Tragaldabas” (o “Tía Melitona”) En la que los niños pueden subir, penetrar por la enorme boca y tirarse por el tobogán para salir por detrás de la figura.
Según la DRAE es nombre coloquial de persona muy tragona.
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viernes, 18 de julio de 2014
La laguna de Vacares
Cuenta la leyenda que en la Laguna de Vacares habita una ondina que, durante la noche, se aparece a los viajeros que allí se encuentran adoptando la figura de un pájaro. Una vez en su presencia se transforma en una bellísima mujer, que mediante engaños y palabras de amor los arrastra hacia el borde de la laguna sepultándolos bajo sus aguas, donde los devora.
Dicen que la mujer-pájaro amó una vez a uno de estos viajeros y por ese amor, en lugar de matarlo, lo subió sobre sus alas transportándolo a su gruta, donde lo convirtió en su compañero y su amante. Pero pasado un tiempo, el joven descubrió los cadáveres de aquellos que habían sido devorados por la ondina y presa del terror, urdió un engaño escapando así de su poder. Desde entonces, la mujer no ha vuelto a perdonar a nadie y aun hoy, los viajeros evitan que la noche los sorprenda en las cercanías de la laguna, pues se dice que todo aquel que la vea estará irremediablemente condenado.
(Leyendas y misterios de Granada)
Dicen que la mujer-pájaro amó una vez a uno de estos viajeros y por ese amor, en lugar de matarlo, lo subió sobre sus alas transportándolo a su gruta, donde lo convirtió en su compañero y su amante. Pero pasado un tiempo, el joven descubrió los cadáveres de aquellos que habían sido devorados por la ondina y presa del terror, urdió un engaño escapando así de su poder. Desde entonces, la mujer no ha vuelto a perdonar a nadie y aun hoy, los viajeros evitan que la noche los sorprenda en las cercanías de la laguna, pues se dice que todo aquel que la vea estará irremediablemente condenado.
(Leyendas y misterios de Granada)
jueves, 17 de julio de 2014
El herrero de Castrelos
Un herrero de Castrelos, aferrado a su trabajo había dejado transcurrir la juventud sin fijarse en mujer alguna pero, como el destino es caprichoso, depuso su obstinación ya en edad avanzada.
A pesar de obsequiar a la joven con una gran joya, nada pudo hacer para no obtener su rechazo, decidiéndose entonces por secuestrarla.
La muchacha, muy religiosa, pidió al herrero poder asistir a misa todos los días y éste, al ver que la iglesia estaba frente a su herrería, aceptó. Pero un día, una meiga se le apareció al herrero y le dijo que pronto moriría y su joven mujer encontraría a un joven hombre con quien se casaría. El herrero cegado de ira cogió un hierro ardiente con el fin de transfigurar el rostro de la joven que se encontraba en la Iglesia de Castrelos orando. Pero Dios se interpuso y protegiéndola tapió la puerta sur de la Iglesia con una pared de piedra que a día de hoy se conserva.
A pesar de obsequiar a la joven con una gran joya, nada pudo hacer para no obtener su rechazo, decidiéndose entonces por secuestrarla.
La muchacha, muy religiosa, pidió al herrero poder asistir a misa todos los días y éste, al ver que la iglesia estaba frente a su herrería, aceptó. Pero un día, una meiga se le apareció al herrero y le dijo que pronto moriría y su joven mujer encontraría a un joven hombre con quien se casaría. El herrero cegado de ira cogió un hierro ardiente con el fin de transfigurar el rostro de la joven que se encontraba en la Iglesia de Castrelos orando. Pero Dios se interpuso y protegiéndola tapió la puerta sur de la Iglesia con una pared de piedra que a día de hoy se conserva.
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miércoles, 16 de julio de 2014
Castilla independiente. La leyenda del azor y el caballo
En el siglo X, Fernán González obtiene
la independencia para Castilla. Cuentan los juglares, con diversas versiones,
cómo lo logró.
Invitado a una cacería en los montes de León, se presenta el fastuoso Fernán llevando consigo un precioso caballo y un elegante azor que captan la admiración y codicia del rey. Advirtiendo esto, dice el romance:
porque estáis vos muy lozano
por vencer tantas batallas.»
que libre le dé el condado
si el haber le perdonaba.
El conde lo hubo por bien
porque mucho le pesaba
de besar mano a ninguno
y a Dios muchas gracias daba.»
Invitado a una cacería en los montes de León, se presenta el fastuoso Fernán llevando consigo un precioso caballo y un elegante azor que captan la admiración y codicia del rey. Advirtiendo esto, dice el romance:
«... El
conde lo da de balde
no el
rey lo quier sin pagar.»
Así que se ponen de acuerdo en la
cantidad por la que Fernán traspasa al rey azor y caballo, y también en el
tiempo en que debe ser completado el pago. . .
«y si
el plazo no pagase
la
moneda se doblaba».
Pasan varios años, se vence antes el
plazo y nada dice el conde ni intenta siquiera recordar al rey el asunto de la
deuda. Pero llega un momento en que Fernán ya no espera más. Aprovechando una
asamblea de nobles de León, el conde intenta hablar al rey. Este, que tiene
celos del castellano por lo bien que le va en la guerra contra los musulmanes,
le dice:
«¡Quitaros,
conde, quitaros,
Que no
quiero vuestra fabla!porque estáis vos muy lozano
por vencer tantas batallas.»
Pero no es de eso de lo que quiere
conversar González, si no de la deuda. Aprovecha un momento oportuno y, delante
de testigos, se lo recuerda. El rey dice que va a pagar, pero, al echar cuentas
..., la cifra que debe ser astronómica e imposible de cubrir. Aquí, según la
leyenda, a cambio de cancelar se la deuda, León disuelve las ataduras que
todavía con ese reino tiene el condado de Castilla. Este trascendental momento
es expresado así por los juglares:
«El rey
de muy congojado
con los
suyos acordabaque libre le dé el condado
si el haber le perdonaba.
El conde lo hubo por bien
porque mucho le pesaba
de besar mano a ninguno
y a Dios muchas gracias daba.»
O sea, que se trataba de una
culminación de la autonomía de Castilla, liberándola de las relaciones de
semivasallaje que todavía la ataba a León («de besar mano a ninguno...»). Ocurrió esto en los comienzos de la segunda mitad
del siglo X, quizá hacia el 960.
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domingo, 13 de julio de 2014
Barrio de Tetuán de las Victorias - Madrid
Un
acontecimiento nacional, la terminación de la guerra de Africa -cuyo
tratado de Paz fue firmado el 26 de abril de 1860- influyó
decididamente en el desarrollo de Tetuán. Las tropas españolas,
mandadas por el general O'Donnell, a su regreso victorioso a España,
acampan en la entonces llamada Dehesa de Amaniel y llenan de vida todos sus
rincones. Nace así una barriada que se bautiza con el emblemático
nombre de TETUAN DE LAS VICTORIAS.
Juntamente con las tropas vino gente de otras procedencias fundando la barriada ávida de realizar negocios, empezó a establecer comercios -en ocasiones en instalaciones rudimentarias y provisionales- incrementándose la población tan rápidamente que Cayetano Rossell, en su "Crónica de la Provincia de Madrid", publicada en 1865, dice ya: "En el camino que desde Madrid conduce a Chamartín, que es la carretera de Francia, se ha construido últimamente un caserío con el nombre de Tetuán, que si continúa como ha empezado será en breve punto de consideración, al cual concurren diariamente, y sobre todo los domingos y días festivos, multitud de ómnibus que parten desde la puerta de Bilbao, conduciendo gente a los merenderos que existen en aquel sitio".
Juntamente con las tropas vino gente de otras procedencias fundando la barriada ávida de realizar negocios, empezó a establecer comercios -en ocasiones en instalaciones rudimentarias y provisionales- incrementándose la población tan rápidamente que Cayetano Rossell, en su "Crónica de la Provincia de Madrid", publicada en 1865, dice ya: "En el camino que desde Madrid conduce a Chamartín, que es la carretera de Francia, se ha construido últimamente un caserío con el nombre de Tetuán, que si continúa como ha empezado será en breve punto de consideración, al cual concurren diariamente, y sobre todo los domingos y días festivos, multitud de ómnibus que parten desde la puerta de Bilbao, conduciendo gente a los merenderos que existen en aquel sitio".
(Leyendas
y anécdotas del viejo Madrid – Francisco Azorín)
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Farinelli - Alegrar a un rey meláncolico
En 1747 Carlo Brochi, cantante italiano, se convierte en
el favorito de Fernando VI. Se trata de un castrado de esplendida voz aunque de
extraña figura, al que se conoce en los medios bajo el nombre de Farinelli. El
cántante, nacido en 1705, ha recorrido los teatros italianos y londinenses, pasando
luego a la corte de Versalles. Llegó a España en 1737 por deseo de la reina
Isabel Farnesio, que pensó, con sus arias aliviar la melancolía de los últimos
tiempos de Felipe V. Éste le concedió una pensión anual de 3000 doblones e
incluso el hábito de Calatrava.
Al subir Fernando VI al trono le encargo la dirección de un teatro que mandó levantar en el Buen Retiro, para que siguiera prestando el consuelo de su voz.
L.C.T.
Al subir Fernando VI al trono le encargo la dirección de un teatro que mandó levantar en el Buen Retiro, para que siguiera prestando el consuelo de su voz.
L.C.T.
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sábado, 12 de julio de 2014
¡Allá van leyes do quieren reyes!
Es notable la forma como, durante el reinado de Alfonso VI, se decidió el trascendental cambio del rito mozárabe al romano, a pesar de que tanto el pueblo como el clero, en su mayoría, preferían seguir con el mozárabe.
Sucedió esto después de la conquista de Toledo, en 1085, y, según la leyenda, para hacerlo todo conforme a la voluntad divina, ordenó el rey que se decidiera mediante el duelo de dos caballeros, cada uno representando a un rito. Venció Juan Ruiz, del linaje de los Matanzas, que peleaba por el rito mozárabe. Contrariado el rey, ordenó todavía otra prueba. Se prendió una hoguera y se echaron en ella los dos breviarios. Al poco tiempo saltó fuera el mozárabe, pero acercándose Alfonso a la hoguera, de un puntapié, volvió a meterlo dentro del fuego. Y, ahora ya, sin mandar nuevas pruebas, dio el soberano una ley que suprimía casi en su totalidad el uso de ese breviario, e implantaba el romano. De aquí vino el proverbio, tantas veces repetido después: «¡Allá van leyes do quieren reyes!»Algunos comentaristas atribuyen este cambio ordenado por el rey a su afición por todo lo francés, y señalan cómo el rey, que contrajo dos veces matrimonio con princesas francas, trajo de allí a los monjes de Cluny y otorgó las primeras sillas episcopales de Castilla a obispos de origen francés.
(Francisco Xavier Tapia – Leyendas y anécdotas de la historia de España)
Sucedió esto después de la conquista de Toledo, en 1085, y, según la leyenda, para hacerlo todo conforme a la voluntad divina, ordenó el rey que se decidiera mediante el duelo de dos caballeros, cada uno representando a un rito. Venció Juan Ruiz, del linaje de los Matanzas, que peleaba por el rito mozárabe. Contrariado el rey, ordenó todavía otra prueba. Se prendió una hoguera y se echaron en ella los dos breviarios. Al poco tiempo saltó fuera el mozárabe, pero acercándose Alfonso a la hoguera, de un puntapié, volvió a meterlo dentro del fuego. Y, ahora ya, sin mandar nuevas pruebas, dio el soberano una ley que suprimía casi en su totalidad el uso de ese breviario, e implantaba el romano. De aquí vino el proverbio, tantas veces repetido después: «¡Allá van leyes do quieren reyes!»Algunos comentaristas atribuyen este cambio ordenado por el rey a su afición por todo lo francés, y señalan cómo el rey, que contrajo dos veces matrimonio con princesas francas, trajo de allí a los monjes de Cluny y otorgó las primeras sillas episcopales de Castilla a obispos de origen francés.
(Francisco Xavier Tapia – Leyendas y anécdotas de la historia de España)
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Abderramán III y el esplendor de Córdoba
Biznieto de Abderramán II e hijo de
una princesa cristiana de Navarra, tenía el nuevo emir los ojos azules
y el cabello de color rojizo. Hablaba por igual árabe y
romance. Se proclamó a sí mismo califa independiente de Bagdad, adoptando otros
títulos religiosos que le dieron gran renombre.
En su época, el nombre de Córdoba se extendió por toda la Europa cristiana. Gentes de todas partes acudían a la capital del califato occidental para ver por sí mismos lo que les habían contado. Una de éstas fue la reina leonesa, doña Toda, que trajo a su hijo, el rey Sancho el Craso, para que los afamados médicos de la corte del califa lo curaran de su obesidad (probablemente,
En su época, el nombre de Córdoba se extendió por toda la Europa cristiana. Gentes de todas partes acudían a la capital del califato occidental para ver por sí mismos lo que les habían contado. Una de éstas fue la reina leonesa, doña Toda, que trajo a su hijo, el rey Sancho el Craso, para que los afamados médicos de la corte del califa lo curaran de su obesidad (probablemente,
hipertrofia de la tiroides), que le
impedía incluso montar a caballo. Madre e hijo permanecieron en Córdoba
dos largos años, y al final Sancho se había transformado en un joven de aspecto
y peso normales. Pero nada habla tanto de la grandeza de la corte de Abderramán
como su ambicioso proyecto - que siglos más tarde imitaría el rey Luis XIV, al
comenzar la construcción de Versalles- de levantar a pocos kilómetros de
Córdoba la ciudad califal de Medina-Azahara. Allí vivió Abderramán los últimos
años de su vida, a pesar de que la ciudad no estaba del todo terminada.
(Francisco Xavier Tapia – Leyendas y anécdotas de la
historia de España)
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viernes, 11 de julio de 2014
Carlos III - Ejemplo de castidad y continencia
Durante los veintiocho anos largos que
Carlos III sobrevivió a María Amalia de Sajonia no registra la
historia ningún equívoco sobre la vida sexual del soberano. El
inútil buscar en las crónicas de la época el más leve rumor de
comentarios picarescos sobre la vida privada del monarca.
El ejercicio físico de la caza y la dedicación a los asuntos de estado absorbían a su majestad y neutralizaban la posible inquietud sexual de aquel temperamento equilibrado.
“Fue ejemplo de castidad y continencia sin volver a conocer dama - consigna uno de sus más íntimos servidores - si bien dormía en lecho duro y a veces se agitaba inquieto en el sueño.” Afirmación que concuerda con el propio testimonio del rey, quien cierta vez confió al Prior de El Escorial: "Padre, yo no he conocido nunca mas mujer que la que Dios me dió y a ésta la ame y estimé como dada por El. Después que ella murió no he faltado a la castidad ,, aun en cosa leve con pleno conocimiento".. (Balansó).
El ejercicio físico de la caza y la dedicación a los asuntos de estado absorbían a su majestad y neutralizaban la posible inquietud sexual de aquel temperamento equilibrado.
“Fue ejemplo de castidad y continencia sin volver a conocer dama - consigna uno de sus más íntimos servidores - si bien dormía en lecho duro y a veces se agitaba inquieto en el sueño.” Afirmación que concuerda con el propio testimonio del rey, quien cierta vez confió al Prior de El Escorial: "Padre, yo no he conocido nunca mas mujer que la que Dios me dió y a ésta la ame y estimé como dada por El. Después que ella murió no he faltado a la castidad ,, aun en cosa leve con pleno conocimiento".. (Balansó).
(según Carlos Fisas)
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jueves, 10 de julio de 2014
La Perona de Barcelona
La Perona era un barrio barcelonés,
hoy desaparecido, que nació en 1947. Se situaba a lo largo de la
Ronda de Sant Martí y como ni el barrio ni sus calles tenían
nombre, sus habitantes acostumbraban a dar como referencia: “las
barracas levantadas el año de la visita de la Perona”.
La Perona no era otra que Eva Duarte de Perón, mujer del Presidente argentino Juan Domingo Perón, que visitó España cuando aquí no se atrevía a poner los piés ningún dirigente extranjero.
La Perona no era otra que Eva Duarte de Perón, mujer del Presidente argentino Juan Domingo Perón, que visitó España cuando aquí no se atrevía a poner los piés ningún dirigente extranjero.
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Mantillas y peinetas
Mantilla: La mantilla es una pieza tradicional, como un velo que se usa a menudo durante las celebraciones religiosas, como las bodas. Es un encaje sutil o un tejido de seda que se coloca sobre la cabeza y los hombros sobre una peineta alta sujeta por alfileres.
El uso de la mantilla negra era común entre la gente del pueblo pero fue Isabel II quien, en el siglo XVIII la popularizó entre las clases más nobles. Con su muerte, decayó su uso pasando a vestirse el pequeño velo para ir a misa.
Hoy en día sólo la vemos en Semana Santa (para los toros y bodas suele usarse la mantilla blanca).
Empecemos…1.- ¿Quién debe vestir la mantilla? Por mucho que las madres quieran poner “lindas y requetemonas” a las niñas, si no se tiene 18 años, la mantilla NO se ha de vestir.
¿Cuándo se viste? Jueves o Viernes Santo. No hay que olvidar NUNCA que ese día vamos de luto. No vamos de paseo, ni a tomar cervezas en el Salvador o a comer torrijas, las gafas de sol NO se deben usar y quien la viste debe mantener la compostura hasta que vuelva a casa. La mantilla se viste para ir a los Sagrarios a rezar y no para “posturear” por las calles ¿Esto significa que no podemos tomarnos unas tapas? No, ni mucho menos, pero no podemos perder esta visión.
Otra cosa que hay que tener claro es que la mantilla debe quitarse por la tarde , es decir, lo de las mujeres vestidas de mantilla viendo la Madrugá NO es correcto. Eso es “postureo” del bueno y nada más.
Peineta: Es el complemento imprescindible de la mantilla. La peineta es un gran peine decorativo colocado en el cabello para sujetar la mantilla. Por lo general es de concha de carey con un cuerpo curvo y largas púas para aumentar la altura. La peineta, que se utiliza en ocasiones especiales, se originó hace siglos por lo que es una pieza tradicional de la ropa española.
(Esto es únicamente, un somero apunte sobre esta típica prenda española. Se puede hablar mucho más acerca del tipo de tocado que se debe usar, vestido, etc.
Los que estén interesados encontrarán mucha información en internet. Por ejemplo, en la página de la que yo he entresacado estas notas:
http://www.entreciriosyvolantes.com/usodelamantilla/ )
El uso de la mantilla negra era común entre la gente del pueblo pero fue Isabel II quien, en el siglo XVIII la popularizó entre las clases más nobles. Con su muerte, decayó su uso pasando a vestirse el pequeño velo para ir a misa.
Hoy en día sólo la vemos en Semana Santa (para los toros y bodas suele usarse la mantilla blanca).
Empecemos…1.- ¿Quién debe vestir la mantilla? Por mucho que las madres quieran poner “lindas y requetemonas” a las niñas, si no se tiene 18 años, la mantilla NO se ha de vestir.
¿Cuándo se viste? Jueves o Viernes Santo. No hay que olvidar NUNCA que ese día vamos de luto. No vamos de paseo, ni a tomar cervezas en el Salvador o a comer torrijas, las gafas de sol NO se deben usar y quien la viste debe mantener la compostura hasta que vuelva a casa. La mantilla se viste para ir a los Sagrarios a rezar y no para “posturear” por las calles ¿Esto significa que no podemos tomarnos unas tapas? No, ni mucho menos, pero no podemos perder esta visión.
Otra cosa que hay que tener claro es que la mantilla debe quitarse por la tarde , es decir, lo de las mujeres vestidas de mantilla viendo la Madrugá NO es correcto. Eso es “postureo” del bueno y nada más.
Peineta: Es el complemento imprescindible de la mantilla. La peineta es un gran peine decorativo colocado en el cabello para sujetar la mantilla. Por lo general es de concha de carey con un cuerpo curvo y largas púas para aumentar la altura. La peineta, que se utiliza en ocasiones especiales, se originó hace siglos por lo que es una pieza tradicional de la ropa española.
(Esto es únicamente, un somero apunte sobre esta típica prenda española. Se puede hablar mucho más acerca del tipo de tocado que se debe usar, vestido, etc.
Los que estén interesados encontrarán mucha información en internet. Por ejemplo, en la página de la que yo he entresacado estas notas:
http://www.entreciriosyvolantes.com/usodelamantilla/ )
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miércoles, 9 de julio de 2014
El diablo Cojuelo
El Diablo Cojuelo es una demonio socarrón y juerguista recogido en la tradición oral y literaria de Castilla.
Este diablo, lejos de ser una forma maligna, se le representa como “el espíritu más travieso del infierno” trayendo de cabeza a sus propios congéneres demoníacos. Estos, para deshacerse de él, le entregaron en trato a un “astrólogo" que lo tiene encerrado en una vasija de cristal.
Se dice así mismo que es inventor de danzas, música y literatura de carácter picaresco y satírico. Siendo uno de los primeros ángeles en levantarse en celestial rebelión, fue el primero en caer a los infiernos, aterrizando el resto de sus hermanos sobre él, dejándole “estropeado” y “más que todos señalado de la mano de Dios”. De ahí viene su sobrenombre de “cojuelo”.
Pero no por cojo es menos veloz y ágil.
Este diablo, lejos de ser una forma maligna, se le representa como “el espíritu más travieso del infierno” trayendo de cabeza a sus propios congéneres demoníacos. Estos, para deshacerse de él, le entregaron en trato a un “astrólogo" que lo tiene encerrado en una vasija de cristal.
Se dice así mismo que es inventor de danzas, música y literatura de carácter picaresco y satírico. Siendo uno de los primeros ángeles en levantarse en celestial rebelión, fue el primero en caer a los infiernos, aterrizando el resto de sus hermanos sobre él, dejándole “estropeado” y “más que todos señalado de la mano de Dios”. De ahí viene su sobrenombre de “cojuelo”.
Pero no por cojo es menos veloz y ágil.
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martes, 8 de julio de 2014
El Arquetu
Es un viejo de larga melena bermeja con un hábito blanco salpicado de pintas moradas. En la frente tiene una cruz verde rodeada de llaves y candados pintados. Camina muy despacio y nadie sabe de dónde viene ni adónde va.
Le enfada sobremanera que los hombres malgasten su dinero en juergas y vicios. Cuando algún desgraciado pierde sus bienes de ese modo y se refugia en el monte, el Arquetu se compadece de él y, abriendo la arquita que lleva consigo, le da unas onzas de oro para que las invierta en su trabajo y las haga fructificar. Pero si el derrochador toma las monedas y se las gasta en sus vicios, el Arquetu le condena a pasar el resto de sus días pidiendo limosna por los caminos.
(Wiki - Mitología Ibérica)
Le enfada sobremanera que los hombres malgasten su dinero en juergas y vicios. Cuando algún desgraciado pierde sus bienes de ese modo y se refugia en el monte, el Arquetu se compadece de él y, abriendo la arquita que lleva consigo, le da unas onzas de oro para que las invierta en su trabajo y las haga fructificar. Pero si el derrochador toma las monedas y se las gasta en sus vicios, el Arquetu le condena a pasar el resto de sus días pidiendo limosna por los caminos.
(Wiki - Mitología Ibérica)
lunes, 7 de julio de 2014
Alfonso I y los abulenses. Las Fervencias
Llevando los rehenes, los aragoneses se retiran a su campamento. El rey está furioso y se siente humillado porque los abulenses no le han permitido registrar la ciudad.
En venganza, ordena que los sesenta rehenes sean pasados a cuchillo y sus cabezas, después de haberlas cocido en calderas, sean puestas enfrente de los muros de Avila para que sus familiares y amigos las puedan contemplar.
El lugar donde esta bárbara venganza tuvo lugar pasó a ser conocido después como «Las Fervencias», en triste conmemoración de lo allí ocurrido.
domingo, 6 de julio de 2014
La Plaza Mayor de Madrid y sus nombres
La Plaza Mayor de Madrid, uno de los puntos más concurridos de la capital, no se ha llamado siempre así. De hecho sufrió frecuentes cambios en su denominación, sobre todo en el siglo XIX. Veamos:
Marzo de 1820 – Fué restablecida la placa constitucional.
24 de Mayo de 1823 – Se retiró la placa y se volvió a colocar la Real.
1835 – Con ocasión del motín contra el Conde de Toreno se cambia otra vez la placa por la de “Plaza de la Constitución”
12 de Febrero de 1873 – La plaza pasa a llamarse “de la República” y el 24 de Abril se añade “Federal” y se coloca una bandera roja a su lado.
3 de Enero de 1874 – Vuelve a llamarse “Plaza de la Constitución” y se sustituye la bandera roja por la nacional.
15
de Agosto de 1812 – Se proclamó la Constitución, promulgada en
Cádiz, a la que se llamó La Pepa. En el balcón de la Panadería se
colocó una lápida con la inscripción “Plaza
de la Constitución”.
11
de Mayo de 1814 – Dicha placa fué arrancada y hecha pedazos. En
su lugar se colocó otra con el título “Plaza
Real”.Marzo de 1820 – Fué restablecida la placa constitucional.
24 de Mayo de 1823 – Se retiró la placa y se volvió a colocar la Real.
1835 – Con ocasión del motín contra el Conde de Toreno se cambia otra vez la placa por la de “Plaza de la Constitución”
12 de Febrero de 1873 – La plaza pasa a llamarse “de la República” y el 24 de Abril se añade “Federal” y se coloca una bandera roja a su lado.
3 de Enero de 1874 – Vuelve a llamarse “Plaza de la Constitución” y se sustituye la bandera roja por la nacional.
(“Madrid
viejo” - Ricardo Sepúlveda)
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sábado, 5 de julio de 2014
Las Ventas - Parada y fonda
Las
ventas o paradores que surgieron en torno al arroyo del Abroñigal y
la carretera de Aragón -como la de Salas, la de Viuda de Simón, la
de San José, Ia del Segoviano, la de Muñoz, la del Espíritu Santo
y otras más darían origen a la denominación de Ia barriada.
No es de extrañar la formación de la misma si tenemos en cuenta el trasiego continuo que había entre Madrid y Aragón y, sobre todo, con el pueblo de Alcalá de Henares, situado en la misma carretera, través de este camino, cargados en carretas, entraba los productos necesarios para el abastecimiento de madrileños, como leña, cereales, etc.
Debido a la horas que duraba el trayecto por las condiciones del transporte, los arrieros paraban antes de entrar en la Villa, bien para comer, descansar, o dar el pienso a las acémilas.
De todas estas ventas, la más grande y conocida era la del "ESPIRITU SANTO", que tenia portazgo; no obstante, algunos de sus clientes hubieran deseado no haberla conocido, como le sucedió al conductor del Correo de Aragón, Juan Nogués, que fue atracado junto a sus puertas.
El nombre de la Venta del Espíritu Santo procedía de la ermita próxima que tenia dicha advocación.
No es de extrañar la formación de la misma si tenemos en cuenta el trasiego continuo que había entre Madrid y Aragón y, sobre todo, con el pueblo de Alcalá de Henares, situado en la misma carretera, través de este camino, cargados en carretas, entraba los productos necesarios para el abastecimiento de madrileños, como leña, cereales, etc.
Debido a la horas que duraba el trayecto por las condiciones del transporte, los arrieros paraban antes de entrar en la Villa, bien para comer, descansar, o dar el pienso a las acémilas.
De todas estas ventas, la más grande y conocida era la del "ESPIRITU SANTO", que tenia portazgo; no obstante, algunos de sus clientes hubieran deseado no haberla conocido, como le sucedió al conductor del Correo de Aragón, Juan Nogués, que fue atracado junto a sus puertas.
El nombre de la Venta del Espíritu Santo procedía de la ermita próxima que tenia dicha advocación.
(Leyendas
y anécdotas del viejo Madrid – Francisco Azorín)
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viernes, 4 de julio de 2014
La campana de Huesca
Alfonso I el Batallador, poco antes de morir, hizo un
extraño testamento. Como no tenía descendencia directa, legó sus reinos a las
órdenes militares del Temple, del Sepulcro y del Hospital de Jerusalén. Esta
donación no fue aceptada por las cortes del reino, que prefirieron escoger por
rey a Ramiro, hermano de Alfonso, religioso profeso en el monasterio de
Saint-Pons de Thomiéres desde hacía ya bastantes años.
Inmediatamente, y contando ya con la aceptación de Ramiro, solicitaron del Papa la dispensa del sacerdocio y de los votos religiosos del nuevo rey. El papa Inocencio II tardó en concederla, pues prefería que se diera cumplimiento al testamento del Batallador y se entregara el reino a las citadas órdenes. Por fin, después de poner una serie de condiciones, el Papa dio su autorización, y Ramiro pudo entonces casarse con Inés, hija de los condes de Poitiers. Pronto les nació una hija, que bautizaron con el nombre de Petronila. Un año después la comprometieron en matrimonio con el conde de Barcelona, Ramón, Berenguer IV.
Era natural, por otra parte, que Ramiro, más acostumbrado al monasterio que a la corte (había pasado en él cuarenta y un años), no supiera bien qué hacer para mantener el reino en calma. Envió un día, ya casi a la desesperada, un mensajero a su antiguo abad en Saint-Pons, pidiéndole consejo sobre cómo mantener a los magnates, que lo despreciaban, sumisos y obedientes. El abad llevó al mensajero a la huerta del monasterio y, cogiendo en sus manos una hoz, fue derribando y descabezando las más altas y preciosas plantas que allí tenían. Después de hecha estaoperación, le dijo que volviera a la corte y contara al rey lo que había visto.
Entendió Ramiro el consejo y, ese mismo año 1136, convocó las Cortes generales del reino en la ciudad de Huesca. Una vez reunidas éstas, en su discurso inicial, dijo, dirigiéndose a los ricos hombres y otros nobles, que era su plan hacer fundir una campana cuyo tañir había de resonar y oírse en todo el reino.
Él proyecto excitó la risa y burla de los grandes, que no captaron lo que el rey les quería dar a entender. Pasaron unos días y, para asistir a una ceremonia protocolaria, acudieron los nobles a palacio. En una habitación algo retirada había colocado el monarca a varios verdugos de su entera confianza, que, conforme iban entrando los nobles en la habitación, les iban cortando la cabeza de un solo golpe.
Pronto estuvieron sobre el suelo las cabezas de los más revoltosos y que más problemas y disgustos habían causado al monje-rey. A continuación y, para que sirviera de aviso, Ramiro hizo colgar las quince cabezas del techo de una bóveda, que durante muchos siglos después se solía enseñar a los que visitaban Huesca.
Sirvió esto de escarmiento a los demás nobles, que desde entonces y hasta la renuncia de Ramiro, un año después, se cuidaron bien de obedecer y respetar al rey.
Inmediatamente, y contando ya con la aceptación de Ramiro, solicitaron del Papa la dispensa del sacerdocio y de los votos religiosos del nuevo rey. El papa Inocencio II tardó en concederla, pues prefería que se diera cumplimiento al testamento del Batallador y se entregara el reino a las citadas órdenes. Por fin, después de poner una serie de condiciones, el Papa dio su autorización, y Ramiro pudo entonces casarse con Inés, hija de los condes de Poitiers. Pronto les nació una hija, que bautizaron con el nombre de Petronila. Un año después la comprometieron en matrimonio con el conde de Barcelona, Ramón, Berenguer IV.
Era natural, por otra parte, que Ramiro, más acostumbrado al monasterio que a la corte (había pasado en él cuarenta y un años), no supiera bien qué hacer para mantener el reino en calma. Envió un día, ya casi a la desesperada, un mensajero a su antiguo abad en Saint-Pons, pidiéndole consejo sobre cómo mantener a los magnates, que lo despreciaban, sumisos y obedientes. El abad llevó al mensajero a la huerta del monasterio y, cogiendo en sus manos una hoz, fue derribando y descabezando las más altas y preciosas plantas que allí tenían. Después de hecha estaoperación, le dijo que volviera a la corte y contara al rey lo que había visto.
Entendió Ramiro el consejo y, ese mismo año 1136, convocó las Cortes generales del reino en la ciudad de Huesca. Una vez reunidas éstas, en su discurso inicial, dijo, dirigiéndose a los ricos hombres y otros nobles, que era su plan hacer fundir una campana cuyo tañir había de resonar y oírse en todo el reino.
Él proyecto excitó la risa y burla de los grandes, que no captaron lo que el rey les quería dar a entender. Pasaron unos días y, para asistir a una ceremonia protocolaria, acudieron los nobles a palacio. En una habitación algo retirada había colocado el monarca a varios verdugos de su entera confianza, que, conforme iban entrando los nobles en la habitación, les iban cortando la cabeza de un solo golpe.
Pronto estuvieron sobre el suelo las cabezas de los más revoltosos y que más problemas y disgustos habían causado al monje-rey. A continuación y, para que sirviera de aviso, Ramiro hizo colgar las quince cabezas del techo de una bóveda, que durante muchos siglos después se solía enseñar a los que visitaban Huesca.
Sirvió esto de escarmiento a los demás nobles, que desde entonces y hasta la renuncia de Ramiro, un año después, se cuidaron bien de obedecer y respetar al rey.
(Leyendas y anécdotas de la Historia de España – Fco.
Xavier Tapia)
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jueves, 3 de julio de 2014
Wamba - Rey a la fuerza
Un punto débil del sistema político de
los visigodos fue, sin duda, no haber logrado desarrollar un buen método para
la sucesión al trono real. En teoría la monarquía era electiva, pero en la
práctica el rey escogía a su sucesor.
No fue así en el caso de Wamba, uno de los mejores reyes que los visigodos dieron a España. Lo ocurrido con él ilustra lo que Confucio había dicho muchos siglos antes: «Los mejores gobernantes son aquéllos a los que hay que obligar a aceptar el puesto»
Wamba fue un buen gobernante y fue obligado a ser rey. Sucedió así.
A la muerte de Chindasvinto, el año 672, nobles y prelados se reúnen en Gerticós (Valladolid) y, enterrado el difunto rey, intentan elegir a su sucesor. De entre los candidatos, Wamba, ilustre general de avanzada edad, es el único que parece reunir las cualidades requeridas. Pero él no acepta y, cuando le insisten —está en ese momento labrando sus tierras— , dice que no le interesa y sigue arando como si tal cosa. Aunque firme en su negativa, accede más tarde a venir ante la asamblea. Allí uno de los nobles, desnudando su espada, se enfrenta con él y le dice: «Si te obstinas en rehusar la corona, ten entendido que ahora mismo y con este mismo acero haré rodar tu cabeza.» Wamba no tiene más remedio que aceptar, y cuenta Julio Toledano en su Historia que, cuando Wamba estaba siendo consagrado en la iglesia principal de Toledo, se vio salir de su cabeza una abeja que voló hacia el cielo. Ello fue interpretado «como una señal de que bajo el nuevo monarca esperaba a la nación visigoda una gran dicha».
Instalado como rey, sin embargo, no faltó quien quisiera usurparle el trono. Dos conspiraciones para destronarlo logró superar este rey. No así la tercera, ocurrida a los ocho años de reinado. Un ambicioso noble, Ervigio, aprovechando una fiesta en palacio, dio al rey un brebaje de vino, mezclado con extracto de esparto. La bebida sumió al rey en un profundo letargo, que aprovechó Ervigio para cortarle los cabellos, hacerle la tonsura y vestirlo con el hábito de penitente. El recortarse la cabellera equivalía a dejar de ser godo y la tonsura, a hacerse clérigo y dedicarse por tanto al servicio de Dios. Por último, el hábito de penitencia le hacía aparecer como arrepentido por haber intentado quitarse la vida. Cualquier cosa de éstas por sí sola le incapacitaba para seguir siendo rey.
Wamba, despertado de su sueño, no tuvo más remedio que aceptar las circunstancias y, renunciando a la corona, se retiró al monasterio de Pampliega, cerca de Burgos, donde vivió tranquilo el resto de su vida.
No fue así en el caso de Wamba, uno de los mejores reyes que los visigodos dieron a España. Lo ocurrido con él ilustra lo que Confucio había dicho muchos siglos antes: «Los mejores gobernantes son aquéllos a los que hay que obligar a aceptar el puesto»
Wamba fue un buen gobernante y fue obligado a ser rey. Sucedió así.
A la muerte de Chindasvinto, el año 672, nobles y prelados se reúnen en Gerticós (Valladolid) y, enterrado el difunto rey, intentan elegir a su sucesor. De entre los candidatos, Wamba, ilustre general de avanzada edad, es el único que parece reunir las cualidades requeridas. Pero él no acepta y, cuando le insisten —está en ese momento labrando sus tierras— , dice que no le interesa y sigue arando como si tal cosa. Aunque firme en su negativa, accede más tarde a venir ante la asamblea. Allí uno de los nobles, desnudando su espada, se enfrenta con él y le dice: «Si te obstinas en rehusar la corona, ten entendido que ahora mismo y con este mismo acero haré rodar tu cabeza.» Wamba no tiene más remedio que aceptar, y cuenta Julio Toledano en su Historia que, cuando Wamba estaba siendo consagrado en la iglesia principal de Toledo, se vio salir de su cabeza una abeja que voló hacia el cielo. Ello fue interpretado «como una señal de que bajo el nuevo monarca esperaba a la nación visigoda una gran dicha».
Instalado como rey, sin embargo, no faltó quien quisiera usurparle el trono. Dos conspiraciones para destronarlo logró superar este rey. No así la tercera, ocurrida a los ocho años de reinado. Un ambicioso noble, Ervigio, aprovechando una fiesta en palacio, dio al rey un brebaje de vino, mezclado con extracto de esparto. La bebida sumió al rey en un profundo letargo, que aprovechó Ervigio para cortarle los cabellos, hacerle la tonsura y vestirlo con el hábito de penitente. El recortarse la cabellera equivalía a dejar de ser godo y la tonsura, a hacerse clérigo y dedicarse por tanto al servicio de Dios. Por último, el hábito de penitencia le hacía aparecer como arrepentido por haber intentado quitarse la vida. Cualquier cosa de éstas por sí sola le incapacitaba para seguir siendo rey.
Wamba, despertado de su sueño, no tuvo más remedio que aceptar las circunstancias y, renunciando a la corona, se retiró al monasterio de Pampliega, cerca de Burgos, donde vivió tranquilo el resto de su vida.
(Leyendas y anécdotas de la Historia
de España – Francisco Xavier Tapia)
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Francisco Xavier Tapia
miércoles, 2 de julio de 2014
¡Ese es, ese es!
Los nobles partidarios de la princesa Isabel —o más bien,
enemigos de su hermano el rey Enrique IV— habían decidido que, para sus propios
intereses y para los del reino, convenía que Isabel se casara con el príncipe
heredero de Aragón. Aparentemente Isabel opinaba también así.
Le faltaba sólo conocer al novio, acerca del cual había recibido diferentes versiones. Le habían dicho que «era mozo de mediana y bien compuesta estatura, rostro grave, blanco y hermoso; de cabello castaño y de frente ancha, con algo de calva; que sus ojos eran claros con gravedad alegre, nariz y boca pequeñas, mejillas y labios colorados, bien sacado de cuello y formado de espalda, voz clara y sosegada y muy brioso a pie y a caballo».
Posiblemente no le dijeron a Isabel que su prometido Fernando había ya para entonces engendrado dos hijos, Alfonso y Juana, ilegítimos los dos. En realidad poco hubiera importado si se hubiera enterado —y quizá lo supo—, ya que el matrimonio de una princesa no se hacía casi nunca con el hombre de su elección, y la existencia de aquellos dos hijos era considerada sólo resultado de un «pequeño desliz».De cualquier manera, los novios se entrevistaron por primera vez en Valladolid el 14 de octubre de 1469, cinco días antes de su boda. El príncipe aragonés había viajado en secreto y disfrazado de criado para evitar que los partidarios del rey Enrique IV le impidieran llegar a Castilla y casarse con Isabel.La presentación de los novios tuvo lugar en casa de Juan de Vivero y de noche, para no ser vistos. Iba Fernando acompañado de cuatro caballeros, amigos suyos, todos disfrazados de arrieros. Resultaba difícil saber cuál de ellos era el príncipe. Gutierre de Cárdenas se lo indicó a Isabel, diciéndole por lo bajo, a la vez que lo señalaba: «Ese es, ése es.» La princesa pudo así examinarlo con la vista antes de que él hablara.
Agradecida a Gutierre por habérselo descubierto, le concedería, más tarde, añadir las eses a su escudo.
Le faltaba sólo conocer al novio, acerca del cual había recibido diferentes versiones. Le habían dicho que «era mozo de mediana y bien compuesta estatura, rostro grave, blanco y hermoso; de cabello castaño y de frente ancha, con algo de calva; que sus ojos eran claros con gravedad alegre, nariz y boca pequeñas, mejillas y labios colorados, bien sacado de cuello y formado de espalda, voz clara y sosegada y muy brioso a pie y a caballo».
Posiblemente no le dijeron a Isabel que su prometido Fernando había ya para entonces engendrado dos hijos, Alfonso y Juana, ilegítimos los dos. En realidad poco hubiera importado si se hubiera enterado —y quizá lo supo—, ya que el matrimonio de una princesa no se hacía casi nunca con el hombre de su elección, y la existencia de aquellos dos hijos era considerada sólo resultado de un «pequeño desliz».De cualquier manera, los novios se entrevistaron por primera vez en Valladolid el 14 de octubre de 1469, cinco días antes de su boda. El príncipe aragonés había viajado en secreto y disfrazado de criado para evitar que los partidarios del rey Enrique IV le impidieran llegar a Castilla y casarse con Isabel.La presentación de los novios tuvo lugar en casa de Juan de Vivero y de noche, para no ser vistos. Iba Fernando acompañado de cuatro caballeros, amigos suyos, todos disfrazados de arrieros. Resultaba difícil saber cuál de ellos era el príncipe. Gutierre de Cárdenas se lo indicó a Isabel, diciéndole por lo bajo, a la vez que lo señalaba: «Ese es, ése es.» La princesa pudo así examinarlo con la vista antes de que él hablara.
Agradecida a Gutierre por habérselo descubierto, le concedería, más tarde, añadir las eses a su escudo.
(Leyendas y anécdotas de la Historia de España – Fco. Xavier
Tapia)
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El motín de Esquilache
Motín de Esquilache es la denominación de la revuelta que tuvo lugar en Madrid en marzo de 1766, siendo rey Carlos III. La movilización popular fue masiva (un documento contemporáneo cita la cifra de treinta mil participantes -posiblemente una exageración para una población de ciento cincuenta mil habitantes- y llegó a considerarse amenazada la seguridad del propio rey. No obstante, a pesar de su espectacularidad y su extensión o coincidencia de revueltas por causas semejantes en otros lugares de España, la más evidente consecuencia política del motín se limitó a un cambio de gobierno que incluía el destierro del marqués de Esquilache, el principal ministro del rey, al que los amotinados culpaban de la carestía del pan, y que se había hecho extraordinariamente impopular como consecuencia de la prohibición de algunas vestimentas tradicionales.
Su condición de italiano contribuyó de forma importante a ese rechazo. Las iniciales medidas de apaciguamiento y el especial cuidado que a partir de entonces se puso en el abasto de Madrid fueron suficientes para garantizar el orden social en los años siguientes.
Se han identificado diferentes intereses y grupos de poder nobiliarios y eclesiásticos, tanto entre los acusados de instigar el motín (que según las conclusiones de la Pesquisa Secreta llevada a cabo por las autoridades desde el mes de abril de 1766 estuvo planificado por los jesuitas y personalidades afines, como el marqués de la Ensenada -ensenadistas- como entre los beneficiados por la nueva situación, denominados albistas por el Duque de Alba, aunque el personaje que alcanzó mayor poder fue el conde de Aranda -cabeza del partido aragonés-; junto con un equipo de burócratas ilustrados -Roda o Campomanes-). La historiografía actual lo interpreta como un movimiento popular espontáneo, pero con una instrumentalización política evidente en medio de una lucha por el poder entre dos facciones de la Corte, por lo que se ha calificado de motín de Corte para indicar que no se reduce al modelo de motín de subsistencias.
Su condición de italiano contribuyó de forma importante a ese rechazo. Las iniciales medidas de apaciguamiento y el especial cuidado que a partir de entonces se puso en el abasto de Madrid fueron suficientes para garantizar el orden social en los años siguientes.
Se han identificado diferentes intereses y grupos de poder nobiliarios y eclesiásticos, tanto entre los acusados de instigar el motín (que según las conclusiones de la Pesquisa Secreta llevada a cabo por las autoridades desde el mes de abril de 1766 estuvo planificado por los jesuitas y personalidades afines, como el marqués de la Ensenada -ensenadistas- como entre los beneficiados por la nueva situación, denominados albistas por el Duque de Alba, aunque el personaje que alcanzó mayor poder fue el conde de Aranda -cabeza del partido aragonés-; junto con un equipo de burócratas ilustrados -Roda o Campomanes-). La historiografía actual lo interpreta como un movimiento popular espontáneo, pero con una instrumentalización política evidente en medio de una lucha por el poder entre dos facciones de la Corte, por lo que se ha calificado de motín de Corte para indicar que no se reduce al modelo de motín de subsistencias.
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martes, 1 de julio de 2014
Las Señoritas Toreras
Espécimen
femenino un tanto curioso y poco conocido, dentro de este zoo, fueron
sin duda las señoritas toreras. Aquellas aguerridas mozas que
achuchadas por el hambre o llevadas por el amor a la lidia se
lanzaron sin recato a los ruedos del país.
Solían hacer tu aparición en las corridas de los pueblos, donde las contrataban como espectáculo burlesco y curioso. Pero alli entre bromas y veras terminaban haciéndose con el oficio y llegó a existir incluso una popular cuadrilla completa que tras cosechar clamorosos éxitos en España saltó el charco, a conquistar América.
Al principio usaban faldas cortas, acompañadas de un discreto delantal como las extremeñas, pero cada vez que un torete las revolcaba y mostraban ciertas cosas que ocultas deben estar, se armaban tales broncas entre el mocerío que hubo que terminar obligándolas a usar pantalones, vistiendo desde entonces traje ds luces como los hombres, si bien con ostentación, quizás un tanto excesiva, de sus naturales protuberancias difíciles de ocultar con un traje tan ceñido.
Más tarde los escándalos llegaron s tal punto que las autoridades prohibieron su actuación, no permitiéndose a partir de entonces a la mujer trabajar en los ruedos más que como rejoneadora de a caballo. La primeras señoritas toreras que aparecieron en Madrid se entrenaban con unos novillos enanos, de cabeza gorda, que resultaron demasiado bravos.
De señoritas no tenían nada y algunas, como la Martina pasaban ya la barrera de los cuarenta. Todas ellas habían pasado antes mucha hambre y no se dejaban condicionar por la obligación de mantenerse en buena forma física, lo que consideraban «pelillos a la mar», y antes de la corrída, para animarse, se metían entre pecho y espalda un buen cocido madrileño y su frasca de tintorro.
Y así, no pocas, además de mayorcitas, estaban bien metidas en carnes. Se presentaban triunfadoras en la plaza, orondas y espléndidas, a menudo reafirmando su imagen con la colilla de un buen cigarro en la comisura de los labios.
Lo que mejor solía dárseles era la suerte de banderillas, donde la Pagés y la Carmona no tenían rival. En el arte de matar sobresalieron la Lolita, la Raba y otras.
Solían hacer tu aparición en las corridas de los pueblos, donde las contrataban como espectáculo burlesco y curioso. Pero alli entre bromas y veras terminaban haciéndose con el oficio y llegó a existir incluso una popular cuadrilla completa que tras cosechar clamorosos éxitos en España saltó el charco, a conquistar América.
Al principio usaban faldas cortas, acompañadas de un discreto delantal como las extremeñas, pero cada vez que un torete las revolcaba y mostraban ciertas cosas que ocultas deben estar, se armaban tales broncas entre el mocerío que hubo que terminar obligándolas a usar pantalones, vistiendo desde entonces traje ds luces como los hombres, si bien con ostentación, quizás un tanto excesiva, de sus naturales protuberancias difíciles de ocultar con un traje tan ceñido.
Más tarde los escándalos llegaron s tal punto que las autoridades prohibieron su actuación, no permitiéndose a partir de entonces a la mujer trabajar en los ruedos más que como rejoneadora de a caballo. La primeras señoritas toreras que aparecieron en Madrid se entrenaban con unos novillos enanos, de cabeza gorda, que resultaron demasiado bravos.
De señoritas no tenían nada y algunas, como la Martina pasaban ya la barrera de los cuarenta. Todas ellas habían pasado antes mucha hambre y no se dejaban condicionar por la obligación de mantenerse en buena forma física, lo que consideraban «pelillos a la mar», y antes de la corrída, para animarse, se metían entre pecho y espalda un buen cocido madrileño y su frasca de tintorro.
Y así, no pocas, además de mayorcitas, estaban bien metidas en carnes. Se presentaban triunfadoras en la plaza, orondas y espléndidas, a menudo reafirmando su imagen con la colilla de un buen cigarro en la comisura de los labios.
Lo que mejor solía dárseles era la suerte de banderillas, donde la Pagés y la Carmona no tenían rival. En el arte de matar sobresalieron la Lolita, la Raba y otras.
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