Juntamente con las tropas vino gente de otras procedencias fundando la barriada ávida de realizar negocios, empezó a establecer comercios -en ocasiones en instalaciones rudimentarias y provisionales- incrementándose la población tan rápidamente que Cayetano Rossell, en su "Crónica de la Provincia de Madrid", publicada en 1865, dice ya: "En el camino que desde Madrid conduce a Chamartín, que es la carretera de Francia, se ha construido últimamente un caserío con el nombre de Tetuán, que si continúa como ha empezado será en breve punto de consideración, al cual concurren diariamente, y sobre todo los domingos y días festivos, multitud de ómnibus que parten desde la puerta de Bilbao, conduciendo gente a los merenderos que existen en aquel sitio".
(Leyendas
y anécdotas del viejo Madrid – Francisco Azorín)
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