En el año 1965 fueron hallados en las provincias de Badajoz y Sevilla hasta 14 extraños objetos de origen desconocido, en concreto los hallazgos se produjeron durante el mes de diciembre de 1965 en las localidades pacenses de Fuente de Cantos y Montemolín y en el municipio sevillano de Lora del Río.
En un principio se empezó a barruntar que podrían corresponder a restos de algún objeto volador no identificado (OVNI), estos hallazgos fueron asociando con las luces que se habían visto unos días antes, el 6 de diciembre de 1965 varias luminarias misteriosas aparecieron en el cielo de estos municipios.
Los 14 objetos encontrados correspondían principalmente a cuerpos metálicos, unos cilíndricos, y otros irregulares en forma de tobera además de lo que parecían restos de revestimientos aislantes carbonizados.
El 11 de diciembre de 1965 se encontraron dos extraños objetos en Montemolín, eran dos cuerpos cilíndricos de 40 centímetros de longitud por 20 centímetros de diámetro y 6.4 kilos de peso, poseían unas terminaciones en los extremos convexo-esféricas, también fueron hallaron otros cuerpos metálicos menores.
El 28 de ese mismo mes en Fuente de Cantos, fue encontrada otra esfera, ésta de 4.7 kilos y 40 centímetros de diámetro.
En Lora del Río tres esferas de unos 38 centímetros de diámetro y unos 7 kg. de peso fueron halladas en su término municipal.
El rastro de estos objetos se encuentra a día de hoy perdido y se cree que se conservan en el INTA (Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial).
La prensa de la época se hizo eco de la noticia hablando en un principio de que podría tratarse de los restos de una nave soviética lanzada a la luna, pero el Gobierno español impuso el silencio mientras duró la investigación, contribuyendo así a alimentar el misterio.
Comenzaron a realizarse conjeturas sobre si los objetos caídos podrían corresponder al último lanzamiento soviético conocido, que sucedió el 18 de marzo de 1965, pero posteriormente se aseguró que los restos que habían caído sobre España no podrían pertenecer a la nave lanzada en esta fecha.
Tras el suceso, Franco fue informado y la embajada norteamericana en Madrid tomó cartas en el asunto pidiendo al gobierno español que los restos fueran enviados al BMI (Battelle Memorial Institute) en EEUU para su análisis, Franco lo aceptó con el compromiso norteamericano de recibir el resultado de las investigaciones.
El BMI concluyó el 15 de junio de 1967 el informe que se conoce como el “T67 94769”:
“SECRET No foreign dissem except Spain”)
"Secreto. No difundirse en el extranjero salvo en España"
El informe estaba compuesto de 284 páginas y fue calificado como Grupo 1, es decir "excluido de desclasificación y reducción de categoría automática" además aparecía sellado recordando que estaba protegido por las leyes de espionaje y que contenía información sensible relativa a la Defensa Nacional. Ni siquiera en el famoso “Caso Roswell”, en el que se dijo que el ejército americano había recuperado el cuerpo de un extraterrestre, aparecen documentos tan clasificados.
Se estableció que estos restos podrían corresponder a algún lanzamiento soviético, EEUU pidió silenciar el incidente y los informes fueron ocultados incluso a la OTAN.
El único investigador civil que ha tenido acceso al informe completo ha sido el valenciano Vicente Juan Ballester Olmos, fue entre los años 1990 y 1999, obtuvo la autorización del jefe del estado Mayor del Aire, para consultar dichos documentos en la base de Torrejón.
Obtuvo una copia de los mismos y estuvo investigando en la base de datos del NORAD (Mando Norteamericano de Defensa Aeroespacial) encontrando que estos restos podrían corresponder a otro lanzamiento soviético, este secreto, que se había producido el 3 de diciembre de 1965 a las 10:48:00 UTC, desde el cosmódromo de Baikonur, desde allí despegó la sonda Lunik 8 con destino a la luna, sin embargo no obtuvo éxito al intentar alcanzar su objetivo ya que los retrocohetes tardaron en arrancar por lo que el aparato se destrozó al caer sobre la superficie del satélite en la zona conocida como el Mar de las Tormentas (Oceanus Procellarum).
La sonda tenía un peso de 1.552 Kilos y todo el conjunto pesaba en torno a las 40 toneladas. Esta sonda fue lanzada con un cohete SL-6, a día de hoy se cree que parte de estos cohetes fue lo que cayó en España.
Las piezas halladas estaban realizadas de una aleación de titanio y en ellas se podían leer letras del alfabeto cirílico (alfabeto usado en lenguas eslavas como el ruso)
Ballester calificó el expediente como una especie de fósil de la Guerra Fría, que nunca fue desclasificado porque el ejército no lo consideró información ovni y por tanto no tuvo que desclasificarlo.
No obstante hay que decir que en 1965 el número de objetos espaciales recuperados en la superficie terrestre tras la carrera espacial de EEUU y la URSS era algo muy poco frecuente.
La información de este expediente parece tener más relación con el espionaje internacional que con la ufología.
Extremadura Misteriosa
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