La “Moza de Ánimas” no era más que una mujer que recorría la parte alta del pueblo rezando y pidiendo por las ánimas benditas del purgatorio, para que pudieran lograr su salvación. Normalmente este comportamiento obedecía a una manda o promesa que tenía realizada.
La “Moza de Ánimas” solía vestir ropas oscuras, y vagaba parándose en cada esquina por la que pasaba y tras tres repiques de esquila y con voz piadosa entonaba un salmo por todos los difuntos. Solía portar un farol y una esquila o en su defecto campanilla, su conmovedor repique retumbaba entre las pequeñas callejuelas y hacía que cualquier transeúnte que la escuchara evitara cruzarse con ella. Lo cierto es que con tan solo oír de noche a la “Moza de Ánimas” entonar estos lastimeros salmos al toque de una esquila y a la luz de un farol helaba la sangre de cualquiera.
Extremadura Misteriosa
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