En Rubiá, bajando por la carretera que une Pardollán con Quereño y que se dirige al valle del Sil, nos llamó la atención una gran estructura de piedra junto a la carretera que parecía una torre. Está en la parroquia de Pardollán pero muy cerquita de la localidad de Sobredo. Decidimos bajar y pronto nos dimos cuenta que se trataba de un antiguo horno debido a la gran chimenea del interior y a la presencia de ladrillos y parrila. Investigando un poco supimos que se trataba de un caleiro (calera). Se trata de la Caleira de Pardollán, muy similar a la de Covas, también en Rubiá.
El valle del Sil en la Comarca de Valdeorras es conocido desde siempre por sus numerosas minas y canteras de pizarras, mineral que es motor económico de la zona. Además de la pizarra hubo desde siempre una intensa actividad minera desde tiempo de los romanos hasta nuestros días. Oro, cobre, wolframio y muchos otros minerales fueron extraídos desde la antigüedad. Pero hubo numerosas actividades relacionadas con los minerales que dejaron huellas en estos hermosos paisajes. Una de ellas fue la utilización de las calizas para la fabricación de la cal y el yeso.
La caliza es una roca sedimentaria compuesta en su mayor parte por carbonato de calcio (CaCO3) y muchas veces contiene cantidades de arcilla, cuarzo o siderita. Se extrae en canteras a cielo abierto e incluso en pequeñas galerías. Su uso era muy variado y frecuente, desde el uso agrícola a recubrimientos de fachadas, fabricación de placas e incluso argamasa y yeso. En la actualidad la cal tiene una multitud de usos industriales.
Estos hornos de cal, como la calera de Pardollán, constaban de una cubrición rectangular hecha de grandes bloques de piedra relleno de otros materiales conductores del calor y que en su interior albergaban una gran chimenea y las parrillas. Se diferenciaban tres partes, el hogar, el vientre y la chimenea. El hogar es la parte de abajo y cuando se utilizaba carbón debía tener una división en la parrilla, una para la combustión y otra destinada al cenicero. En el vientre tenía lugar la calcinación de las piedras calizas y amontonadas en esta el proceso duraba varios días. En el interior de la chimenea se puede apreciar en el vientre que está compuesto por ladrillos refractarios y en la parte de arriba con ladrillos normales.
Algunas caleiras utilizaban carbón pero otras usaban diferentes tipos de leña, como el “toxo”. En el interior se alcanzaban temperaturas de casi 1000º y se podían llegar a calentar 80 toneladas de caliza, de las cuales quedaría aproximadamente para usar un tercio de esta cantidad.
No sabemos la cronología de este horno o calero, pero se sabe que desde el siglo XVI ya existían procesos para la obtención de la cal. En 1824 y con el descubrimiento del cemento, la cal perdería el potencial que había adquirido quedando en desuso paulatinamente. Sin embargo su uso agrario para reducir la acidez de los terrenos y su empleo por las azucareras que se asentaron en Galicia o la demanda de las fábricas de carburo de calcio propiciaron la creación de caleras a principios del siglo XX en la comarca de Valdeorras. Su comercialización y transporte junto a la línea ferroviaria que por aquí pasaba era indispensable. Es probable que su uso se prolongara hasta mediados del siglo XX.
El Caleiro de Pardollán está muy cerca del embalse de Peñarrubia, sobre el Sil y a unos metros del calero discurre un gran canal de agua subterráneo que sale de su presa y que vuelve a salir al aire libre unos metros más abajo.
Embalse de Peñarrubia
También podemos observar el trazado de la vía del ferrocarril y de los túneles tanto sin uso del antiguo trazado ferroviario como los modernos de la nueva línea.
Río Sil
De destacar también es el fantástico valle que forma el río Sil y que divide las provincias de Ourense y León
Galicia Máxica
De todo un poco. Leyendas, tradiciones e historias curiosas de todas las regiones de España. Unas son verdad y otras no tanto.
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