La Sibila es un personaje conocido de la mitología griega y romana, aunque también aparece en la tradiciones mozárabe, cristiana y judía. Estas mujeres eran muy solicitadas porque tenían el don de la profecía. Se las describía como longevas, introvertidas, solitarias, reservadas y misteriosas. Habitaban en lugares de difícil acceso como grutas. Algunos ejemplos de Sibilas conocidas son la de Eritrea en pleno trance profetizó la Guerra de Troya o la Sibila de Cuma conocida porque aparece en La Divina Comedia de Dante.
El Canto de la Sibila desde la Edad Media hasta hoy
Se trata de una tradición que proviene de las celebraciones litúrgicas de la Baja Edad Media y que fue muy popular en Francia, España, Italia y Portugal. En la actualidad, esta tradición solo se conserva en la isla de Mallorca y en Alguer, una pequeña localidad de la isla de Cerdeña en Italia. Ya que, estas dos poblaciones fueron las únicas que se saltaron la prohibición del Concilio de Trento. Aunque, en los últimos años, el Canto de la Sibila está alcanzando tanta popularidad que se ha empezado a recuperar en algunas iglesias de Menorca, Valencia y Cataluña.
El Canto de la Sibila es un drama litúrgico que anuncia el Juicio Final en la celebración del nacimiento del hijo de Dios. Durante la Misa del Gallo, una joven interpreta un canto gregoriano a capella, ocasionalmente acompañada por el órgano de la iglesia y dos niños mientras recorren la iglesia hasta llegar al coro. La Sibila camina vestida con una túnica blanca con bordados y un tocado en la cabeza. Porta una espada en alto con la que, al finalizar el recorrido, dibuja una cruz en el aire.
Se interpreta en la noche del 24 de diciembre y lo podéis disfrutar en la mayoría de las iglesias de Mallorca. Es tal su belleza que en 2010 fue declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, al igual que la Fiesta de los Patios de Córdoba. En Mallorca existen dos representaciones emblemáticas que destacan por encima de las demás, son las que se realizan en la Catedral de Palma y en el Santuario de Lluc. En ambas, el canto lo interpreta un niño del coro, un blavet.
Un detalle curioso es que Correos imprime un sello con la imagen de una niña vestida para interpretar el Canto de la Sibila junto con al rosetón mayor de la Catedral de Santa Mª de Palma de Mallorca.
Si tenéis la posibilidad de asistir a una representación del Canto de la Sibila de Mallorca, o en cualquier otro lugar, no lo dudéis, hacedlo y disfrutadlo con toda la familia. El ambiente que crea en la iglesia la voz de la joven, la música de órgano y la puesta en escena es casi mágico, te traslada a otros tiempos. Además, si visitáis Mallorca degustaréis la sabrosísima gastronomía de las Islas Baleares.
Hay cosas muy nuestras
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