Un animal que, hasta la fecha, se ha registrado en Asturias en una sola ocasión. Fue el 23 de octubre de 1986, durante una borrasca, cuando unos pescadores se quedaron de piedra al encontrarla en la playa de Amelles, en Coaña.
LA NUEVA ESPAÑA se hizo eco de la noticia y Jorge Jardón, corresponsal del diario en el occidente, tomó varias fotografías del animal, cuyas poblaciones europeas se limitan al Ártico. Hasta entonces, los avistamientos más meridionales solo llegaban a Escocia.
El ejemplar que aquel día llegó a Asturias medía unos tres metros y se ajustaba al promedio de adulto totalmente desarrollado. Fue avistado en Amelles y Ortigueira (Navia), y luego desapareció en el
mar hacia Luarca. Desde entonces nadie ha vuelto a ver una morsa en Asturias, y muchos no darían crédito a este hecho tan inusual si no existieran los documentos
gráficos que lo avalan.
De todo un poco. Leyendas, tradiciones e historias curiosas de todas las regiones de España. Unas son verdad y otras no tanto.
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