Un camino de encinas saluda al llegar a la población, que surge al fondo con la muralla rodeándola. Se pasa bajo la Puerta del Rey (una de las tres entradas que tiene la villa) sobre la que campea el gastado escudo de los Condes de Galisteo y surge un pueblo de casas bajas y limpias que tiene marcados en algunos dinteles de piedra el año de construcción y el nombre de su primer dueño.
En el centro la plaza, con lateral de soportales, y la Puerta de Santa María, con la iglesia de la Asunción de ábside mudejar.
Se puede recorrer la muralla por arriba, aunque el paseo bonito es por fuera. Es Conjunto Histórico y la mejor hora para verlo, el atardecer, cuando las piedras toman bello color dorado.
En el centro la plaza, con lateral de soportales, y la Puerta de Santa María, con la iglesia de la Asunción de ábside mudejar.
Se puede recorrer la muralla por arriba, aunque el paseo bonito es por fuera. Es Conjunto Histórico y la mejor hora para verlo, el atardecer, cuando las piedras toman bello color dorado.
(ABC Viajar)
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