La costa de Peñíscola y especialmente la sierra de Irta, posee un gran patrimonio de aguas subterráneas que emergen junto a la torre Badum, en el tómbolo, en la playa del ruso y bajo la superficie marina. Estas surgencias llegan hasta las costas de Alcocebre.
Estas aguas son las que abastececen desde hace siglos a la población de Peñíscola y actualmente este patrimonio lo gestiona la empresa Facsa, teniendo la población de este lugar una extraordinaria agua pura, fresca y natural.
El origen de estas aguas hay que buscarlo en un acuífero muy extenso surgido del Jurásico, con casi 2.400 kilómetros cuadrados de superficie y que carece prácticamente de descargas naturales en forma de manantial, al menos en tierra firme. Bajo el agua, la situación cambia radicalmente
(Arte Rural)
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