Pasear por el Real Alcázar de Sevilla te traslada inmediatamente al siglo X; a la dinastía de los Omeya, el Califato de Córdoba y la España musulmana. Pero también al esplendor del Renacimiento, de la monarquía hispánica y de la época imperial. Y es que esta construcción situada en el centro de la capital hispalense, declarada Patrimonio de la Humanidad en el año 1987, se erige como conjunto arquitectónico compuesto por construcciones palaciegas, patios y jardines por los que el devenir de la historia ha visto pasar a las diferentes generaciones regentes de nuestro país. Construido en el año 913 por Abd al-Rahman III, el Alcázar fue sumando a su haber otros palacios, de los que algunos solo se conservan escasos restos.
El Palacio Gótico y el Palacio Mudéjar, de los siglos XIII y XIV, respectivamente, continúan en pie en la actualidad, aún como residencia oficial de la Casa Real en Sevilla. Muestra indiscutible de la presencia árabe en España, los jardines del Alcázar, Los patios y jardines poseen una morfología, colorido y encanto diferentes que hacen a todos imprescindibles de estilo mudéjar, han ido evolucionando del mismo modo que el resto del recinto. Fue el monarca Felipe II quien llevó a cabo una de las mayores transformaciones de las zonas exteriores del recinto, convirtiendo lo que hasta entonces habían sido huertas árabes en estilizados jardines de inspiración italiana.
Fruto de esta evolución sucesiva son los numerosos patios que con diferente inspiración. Así, cada patio ajardinado, o cada jardín en sí mismo, sorprende al adentrarse en él; todos comparten la esencia de un ajetreado pasado sujeto al devenir histórico, pero cada uno posee una morfología, un colorido y un encanto diferentes que hacen a casi todos ellos imprescindibles. Recorrerlos todos implica varias horas de visita, así que no es mala idea aprovechar el insólito hecho de que en el Real Alcázar está permitido comer para tomar un bocadillo en un banco bajo la sombra de una palmera. Para comenzar, los jardines más pequeños: el Rústico, las Flores, la Galera, el de Troya –el más antiguo de todos–, la Danza, el del Estanque, la Alcubilla, el Chorrón y las Damas. Se encuentran unos a continuación de otros, y lo más singular es el contraste entre ellos. A continuación, los de mayor tamaño: el de la Cruz o la Sultana, el jardín Inglés, el Laberinto, el de los Poetas y el del Marqués de la Vega Inclán.
(20 minutos)
El Palacio Gótico y el Palacio Mudéjar, de los siglos XIII y XIV, respectivamente, continúan en pie en la actualidad, aún como residencia oficial de la Casa Real en Sevilla. Muestra indiscutible de la presencia árabe en España, los jardines del Alcázar, Los patios y jardines poseen una morfología, colorido y encanto diferentes que hacen a todos imprescindibles de estilo mudéjar, han ido evolucionando del mismo modo que el resto del recinto. Fue el monarca Felipe II quien llevó a cabo una de las mayores transformaciones de las zonas exteriores del recinto, convirtiendo lo que hasta entonces habían sido huertas árabes en estilizados jardines de inspiración italiana.
Fruto de esta evolución sucesiva son los numerosos patios que con diferente inspiración. Así, cada patio ajardinado, o cada jardín en sí mismo, sorprende al adentrarse en él; todos comparten la esencia de un ajetreado pasado sujeto al devenir histórico, pero cada uno posee una morfología, un colorido y un encanto diferentes que hacen a casi todos ellos imprescindibles. Recorrerlos todos implica varias horas de visita, así que no es mala idea aprovechar el insólito hecho de que en el Real Alcázar está permitido comer para tomar un bocadillo en un banco bajo la sombra de una palmera. Para comenzar, los jardines más pequeños: el Rústico, las Flores, la Galera, el de Troya –el más antiguo de todos–, la Danza, el del Estanque, la Alcubilla, el Chorrón y las Damas. Se encuentran unos a continuación de otros, y lo más singular es el contraste entre ellos. A continuación, los de mayor tamaño: el de la Cruz o la Sultana, el jardín Inglés, el Laberinto, el de los Poetas y el del Marqués de la Vega Inclán.
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