Sin entrar en muchos detalles, se puede considerar que los antecedentes políticos de la comunidad de Castilla y León se encuentran en el traslado de la capitalidad desde Asturias a León al producirse el avance de los ejércitos cristianos frente a los musulmanes y que, en un primer impulso, con avances y retrocesos, llevó la frontera hasta el río Duero.
Por aquel entonces, Castilla estaba formada por una serie de condados situados en la parte oriental del reino de León y con una dependencia muy laxa de los monarcas leoneses. De hecho, a partir Fernán González, esos condados unificados constituyen ya el verdadero reino que acabarán siendo.
La separación de Castilla y León duraría sólo setenta años antes de producirse la unificación, que será definitiva, en tiempo de Fernando III.
Pero la reconquista continuaba y a estos territorios hay que añadir los que se sitúan entre el duero y la cordillera Central.
Esta situación ya no sufre cambios significativos hasta 1833, cuando se establece la división por provincias. Se atribuyen a La región de León Las tres provincias occidentales: León, Zamora y Salamanca y a la región de Castilla la Vieja Las restantes, teniendo en cuenta que se incluyen las provincias de Santander (actual autonomía de Cantabria) y Logroño ( actual La Rioja).
Se instituyó como entidad preautonómica en 1978 y alcanzó la autonomía plena en 1983.
(E. Bartolomé)
De todo un poco. Leyendas, tradiciones e historias curiosas de todas las regiones de España. Unas son verdad y otras no tanto.
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