El hidalgo dejó en herencia una dote suficiente para que todos los años un buey recorriera las calles. Y así se hace. El acto central de la Festa do Boi, que dura diez días, son las carreiras do boi –varias cada día– por las calles de Allariz. Las puertas de las casas quedan abiertas para refugio de la gente, y el buey, que varios integrantes de las peñas, ataviados con camisa blanca y pañuelo rojo, llevan sujeto con un largo ramal, hace su recorrido parándose donde quiere y embistiendo al numeroso público que lo acompaña y que grita a coro “aí vén o boi, aí vén o boi” (ahí viene el buey).
No falta a la fiesta Xan de Arzúa, que hace su aparición antes de la procesión del Corpus, encarnado en un muñeco de paja, sobre un carro de vacas. Rodeado por danzantes gremiales, es trasladado por las calles de la villa hasta el Campo da Barreira, donde un multitud ataviada con ropas de la época medieval participa en una comida.
Para no perderse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario