Pese a la fama que arrastra, el lobo ¡ibérico es símbolo de la fauna asturiana. El centro de interpretación La Casa del Lobo ofrece un recorrido de tres kilómetros, guiado desde una perspectiva medioambiental, hasta el recinto donde viven, orgullosos de concitar la atención, Belmon y Tino, recogidos tras una batida de control, y Aullador, abandonado con cinco meses de vida. Infunde respeto, en silencio, ver cómo ejercitan su conducta territorial.
Cierran de diciembre a febrero (entrada 6 euros).
El País
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