En la calle de la Cabeza esquina a la de Lavapiés, aún permanece en pie un edificio macabro, aunque hoy ya no lo sea. En él estuvo situada la llamada Cárcel Eclesiástica de la Corona o cárcel de la Inquisición. A pesar de que este edificio está sin catalogar, se calcula que debió construirse a finales del siglo XVIII. En tiempos de Benito Pérez Galdós, la cárcel se usaba como cocheras y cuadras ya que la Inquisición fue abolida definitivamente en 1820.
Actualmente, una parte de los calabozos, cuyas rejas daban a la calle, se ha convertido en el Bar Lavapiés y otros son utilizados como almacén de maderas. Si las paredes pudieran hablar... Aunque el resto del edificio ofrece un aspecto deplorable, no ha sido obstáculo para que en él se rodaran algunas escenas de la serie televisiva, Fortúnala y Jacinta.
Actualmente, una parte de los calabozos, cuyas rejas daban a la calle, se ha convertido en el Bar Lavapiés y otros son utilizados como almacén de maderas. Si las paredes pudieran hablar... Aunque el resto del edificio ofrece un aspecto deplorable, no ha sido obstáculo para que en él se rodaran algunas escenas de la serie televisiva, Fortúnala y Jacinta.
La Inquisición tenía otros lugares además de esta casa. En el número 4 de la calle Isabel la Católica estuvo el Tribunal del Santo Oficio y los condenados terminaban sus días en la Plaza Mayor primero, siendo posteriormente trasladadas las ejecuciones al espacio comprendido entre las calles Claudio Coello, Serrano, Conde de Aranda y Columela, a las afueras de la Puerta de Alcalá, hasta el año 1743 en que se inauguró en este lugar una plaza de toros. Por ello, el quemadero fue trasladado a la actual glorieta de Ruiz Jiménez, donde hoy se levantan unas casas militares con grandes plantas colgantes, antaño descampado extramuros.
Curiosidades de Madrid - Isabel Gea
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