Para conocer el origen etimológico del vocablo jamón tenemos que remontarnos al griego, donde nos encontramos con el término Kampé, que es curvatura o articulación curvada de un miembro, lo que vendría a significar, el corvejón de una pata de animal. Pasó al latín clásico bajo camba, una denominación vulgar latina que se utilizaba para designar la pata o pierna, tanto de animales como de personas.
Con el paso del tiempo, y la ramificación del latín en diversas lenguas romances, la palabra camba iría evolucionando hasta la voz fonética gamba… que nada tiene que ver con el animalito de color rojo que habita las aguas marinas y que tanto nos gusta (y que, por otra parte, tiene un origen etimológico totalmente distinto a la palabra jamón). Gamba en italiano es pierna.
Los siglos siguieron corriendo, las palabras rodando y el vocablo jamón acabaría llegando a España procedente del francés romance… donde sobre el año 1080, la palabra jambe (pata o pierna en francés) empezó a usarse de manera extendida en el territorio francés. Esta palabra evolucionó de nuevo y en el siglo XIII se encuentran escritos con la palabra jambon (jamón en francés).
Sin embargo, la palabra jamón no debió ser de uso común entre los castellano parlantes hasta bastante tiempo después… tanto como que la primera vez que se escribió –al menos que nosotros sepamos, fue en 1335. En realidad, hasta que la expresión jamón no se generalizó, en España se usó la palabra pernil, para denominar la pieza completa de jamón. Proviene del latín y significa (la parte comestible del muslo de un animal).
Cuando finalmente la expresión pernil dejó de emplearse de manera generalizada, comenzó a extenderse la de jamón, quedando conferida la primera, a ambientes más ruralizados donde la expresión convivió con otras. De hecho, quien en la actualidad se refiere a pernil para denominar en ámbitos urbanos al jamón, seguro que tiene que esforzarse por explicar de qué estamos hablando, a no ser que hables catalán, ya que pernil significa jamón.
En otras lenguas, el origen de la palabra nada tiene que ver con la del castellano. Por ejemplo, en italiano la palabra “prosciutto” (jamón) viene de “prosciugare”, que significa “secar bien”, al igual que “presunto”, como denominan al jamón en portugués.
Jamón Lovers
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