Una postal perfecta del otoño aragonés: espesos bosques de pinos, salpicados por abetos y hayas que explotan en colores, cubren las laderas de los monte entre los pastos alpinos. La imagen sobrecoge de forma sublime por las altas crestas y escarpadas montañas de origen glaciar, en las que es fácil divisar salvajes caídas de agua, que lo rodean.
Así es el Valle de Pineta, que en la comarca aragonesa de Sobrarbe, forma parte del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Su agreste silueta no debe tirar para atrás, pues tal vez sea el valle más accesible de todo el parque, ya que lo cruza la carretera HU-V-6402.
National Geographic
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