El río Alvedosa es el responsable de la formación de la pequeña Ría de Redondela y desemboca frente a las Illas Alvedosas, en la Ensenada de San Simón. Antes de llegar a la villa de Redondela el río discurre por un estrecho valle de fuerte inclinación, desciendo 100 metros en un trayecto de tan solo 500 metros. En este lugar el río tiene que saltar este desnivel formando espectaculares saltos y fervenzas, sobre todo en épocas de lluvia.
Junto al salto principal existen los restos de un molino de agua conocido como de Rañón y que se encuentra en estado de abandono. Sufrió una desafortunada reforma con mucho cemento y ladrillos a mediados del siglo XX que modificó mucho el paisaje, incluso al borde del río. A ello se le suma el bosque creado con especies de crecimiento rápido en el que predomina el eucalipto y donde casi no existen restos del primitivo bosque autóctono. Esto permite la formación de silvas y enredaderas al borde del arroyo que arruinan la belleza del paisaje.
En el camino que lleva hasta el molino y la fervenza discurre un gran tubo destinado a la traída de agua a Vigo desde el embalse del Oitavén, en Fornelos de Montes. Este aprovecha la bajada del valle para precipitar el agua hasta la cota de 180 metros que la llevará en progresivo descenso hasta la subestación situada en las inmediaciones de Vigo.
En el camino que lleva hasta el molino y la fervenza discurre un gran tubo destinado a la traída de agua a Vigo desde el embalse del Oitavén, en Fornelos de Montes. Este aprovecha la bajada del valle para precipitar el agua hasta la cota de 180 metros que la llevará en progresivo descenso hasta la subestación situada en las inmediaciones de Vigo.
(Galicia Máxica)
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