No son pocos los que se refieren a ella como la villa blanca de la costa verde. Con sus casitas blancas y sus tejados de pizarra (más propios de los pueblos gallegos), ofrecen un pintoresco paisaje en la costa occidental de Asturias y se distingue de otros pueblos cercanos. Pasear por la zona del puerto pesquero y subir hasta la zona de la Atalaya para disfrutar de las vistas es uno de los grandes placeres de visitarla. En la parte alta también se puede ver uno de los cementerios más bellos de España donde, por cierto, está enterrado el Nobel Severo Ochoa.
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