Es el más peligroso de los escorpiones presentes en la Península. Su picadura produce un intenso dolor, que puede ir acompañado de dolor de cabeza, vómitos y cierta dificultad al respirar.
Para evitar accidentes, conviene no levantar piedras a mano desnuda, mirar antes de sentarse sobre las rocas o el suelo, y poner alguna toalla o prenda para sentarse sobre ella. En las acampadas hay que estar atentos por la noche, ya que estos animales tienen tendencia a acudir a la luz. Por la mañana es recomendable revisar bien las botas, en la que accidentalmente ha podido introducirse buscando refugio.
Guadarramistas
No hay comentarios:
Publicar un comentario