Todos conocemos la importancia histórica de la villa de Cambados y la presencia de una fantástica arquitectura secular conservada en sus calles y edificios más destacados. Sin duda su casco histórico es uno de los más bellos de toda la comunidad.
Pero Cambados, la capital del albariño, alberga mucho más fuera del casco histórico y existen rincones dignos de visitar y detenerse un buen rato. Muy cerca tenemos los restos de la fascinante iglesia de Santa Mariña de Dozo y junto a la costa tenemos una pequeña isla con lo que queda de la torre de San Sadurniño que se encuentra unida por un puente de principios del siglo XXI al entrañable barrio marinero de San Tomé do Mar.
Sabemos de la existencia de este barrio, que probablemente creciera por la proximidad de la torre defensiva de San Sadurniño, ya en el siglo XII y que posteriormente constituyó la villa de Cambados junto con Santa Mariña y Fefiñáns. Antes de esto, en el siglo XVIII fue vendido al Marqués de Montesacro quién construyó el pazo que hoy podremos ver en el mismo barrio.
En la actualidad el barrio de San Tomé se encuentra parcialmente rehabilitado y se ha procurado en su medida la integración de la arquitectura marinera en el paisaje. Vale la pena un pequeño paseo por sus callejuelas y la isla de A Filgueira.
Otro aliciente más es la existencia del Museo Casa do Pescador localizado en el edificio llamado Casa Jovita.
El barrio de San Tome do Mar es sin duda otro tesoro más de la villa de Cambados
Galicia Máxica
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