Ahedo del Butrón es un coqueto pueblo enclavado en un profundo vallejo que desciende desde Los Altos, en el Páramo de Masa, hasta el Ebro, en Tudanca. Desde Ahedo pueden realizarse multitud de excursiones por los senderos y barrancos circundantes al situarse en un espacio quebrado de transición entre el páramo y el valle. La ruta que se presenta nos llevará desde el páramo, partiendo del pueblo de Dobro, capital del municipio de Los Altos, hasta Ahedo. Por el camino visitamos una bonita laguna y la ermita de Santa Marina. El pueblo de Ahedo del Butrón, muy restaurado, guarda interesantes muestras de arquitectura popular montañesa y una iglesia con una portada románica relacionada con la escuela de Silos.
Dobro se halla justo en el extremo septentrional del Páramo de Masa, a poca distancia del Puerto de la Mazorra. Se accede por la carretera C-629 de Burgos a Villarcayo. Justo antes del Puerto de la Mazorra, sale un desvío a mano izquierda a Pesquera. En apenas kilómetro y medio nos dejará en el pueblo de Dobro.
Entrando en el pueblo, dejamos el coche en la plaza y partimos por las calles del extremo occidental del pueblo saliendo por una senda que se adentra en un valle que se abre hacia el oeste. La senda-pista se halla en muy buen estado. El valle en que nos encontramos no es más que el fondo del anticlinal arrasado de Dobro, cuyo flanco interno queda a nuestra derecha poblado por un frondoso bosque. Su máxima cima, la Peña Alta de Dobro, tiene 1268 metros de altitud y se encuentra camuflada entre los ciclópeos molinos eólicos que pueblan todo el borde del anticlinal.
Salimos de Dobro por un amplio valle.
A mano derecha, vamos vislumbrando el paisaje quebrado de peñas que rompen y caen en sucesivos roquedos buscando el río Ebro, aún unos cuántos kilómetros más abajo.
La senda por el vallejo hasta Ahedo es larga y cómoda. Vamos recorriendo el tranquilo valle de este a oeste hasta llegar a un pequeño portillo donde nos introducimos en un pequeño bosquete a mano izquierda. La senda atraviesa el bosque y gira a la derecha ya en terreno descubierto sobre los páramos de la Mazorra, al haber ascendido un poco.
Descendemos hacia Ahedo del Butrón desde el páramo.
Ya en el páramo, tenemos buenas vistas sobre nuestro entorno. Al fondo frente a nosotros, se vislumbran los cortados rocosos que caen sobre la aldea de Tudanca, junto al Ebro. A nuestra izquierda, una muralla rocosa nos limita la vista. A la derecha, el páramo desolado.
Ahedo del Butrón se asienta sobre un pequeño ensanchamiento del coqueto vallejo que cae al Ebro desde el Páramo de Masa. La vista desde donde estamos sobre el pueblo, rodeado de poblados montes, resulta encantadora y emprendemos el descenso por una antigua senda pegada a la ladera. Nos da la sensación de caminar por sendas ancestrales.
Llegamos a Ahedo del Butrón, entrando por su parte alta. Recorremos el pueblo en sentido longitudinal. Es obligado visitar la iglesia en la que destaca su portada románica presentando al Padre Eterno con los 24 ancianos del Apocalípsis, tallas del más fino románico.
También en Ahedo hay que destacar las casas blasonadas y la arquitectura tradicional norteña de casa con balconada en la solana.
Desde la iglesia, hay que tomar la calle que sale frente a ella que desemboca en una senda, junto a la peña Castillo, que será la que nos lleve hasta la la ermita de Santa Marina, camino a Dobro.
Dejamos Ahedo del Butrón camino de la ermita de Santa Marina.
El camino de Ahedo a la ermita se desarrolla entre prados alternados con roquedos. Dado lo del valle, el silencio y la sensación de tranquilidad es total.
Encontraremos la ermita tras recorrer unos tres kilómetros desde el pueblo. Se ubica apartada del camino, en lugar apartado y su estado de conservación es bueno.
Tras descansar, retornamos al camino y continuamos. La carretera la tenemos cerca, paralela a nuestra derecha.
Poco a poco, a medida que nos alejamos de la ermita, el camino se va haciendo más agreste y se adentra en un pequeño bosque.
Tras subir a un pequeño portillo, descendemos hasta llegar junto a la carretera, donde tomamos una ancha pista carrozable a nuestra izquierda que se adentra entre dos peñas.
Por esta pista retornamos al valle paralelo por el que habíamos realizado el camino de ida desde Dobro. Ya a la vista del pueblo al fondo, continuamos por ella cómodamente.
En apenas doscientos metros, dejamos a nuestra izquierda una gran balsa de agua para el riego. En esta época del año, verano tardío, nos sorprende la cantidad de agua embalsada. Todo el entorno de la laguna se ha convertido en un auténtico humedal y proliferan las aves y animales acuáticos.
Cerca de Dobro nos sorprende la balsa de agua para riego, convertida en un auténtico humedal.
Tras dejar la balsa, ya solo nos queda proseguir por la pista unos dos kilómetros más hasta llegar a Dobro, punto origen de nuestra ruta de hoy.
Senderismo de Burgos
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