Además de la terraza al aire libre del Callao, existió a finales de los años 50 un «motocine», como los que vemos en las películas americanas, un cine donde no hacía falta bajarse del coche. Fue inaugurado en agosto de 1959 cerca de la autopista de Barajas. De influencia americana por su proximidad a la Base Aérea de Torrejón, era el segundo Drive-In europeo, como se llamaba en inglés, después del de Roma. Tenía capacidad para ochocientos coches y seiscientas motos, además de contar con una amplia tribuna para espectadores no motorizados.
Disponía también de restaurante y cafetería que incluía el servicio dentro del coche. No tuvo éxito y al poco tiempo tuvo que cerrar debido a la escasa afluencia del público.
Es de suponer que en aquellos años en que hizo furor el famoso «seiscientos», no fueran muchos todavía los que gozaran de coche propio.
Curiosidades de Madrid - Isabel Gea
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