Madrid ha sido una tierra rica en arroyos, la mayoría de los cuales han sido cubiertos primero y asfaltados posteriormente. El arroyo Calero está cubierto hoy por el polideportivo del barrio de la Concepción; el de la Elipa discurre debajo de la calle del Marqués de Corbera y el famoso arroyo del Alto Abroñigal, hoy desaparecido bajo el asfalto de la M-30, son algunos de ellos. Este del Abroñigal, se cree que tomó el nombre de un pueblo ya desaparecido que existió en 1219 llamado Valnegral o Valdenogueral, que deformándose con el tiempo, pasó a briñigal y terminó en Abroñigal, que significa «lugar de abróñigos», o «ciruelas silvestres».
Los futuristas del siglo pasado ya preveían este arroyo como el «gran eje del futuro trabajo urbano», pero no contaban con que ese gran eje, hoy M-30, se quedase pequeña y desbordada ante el enorme tráfico rodante de la actualidad.
Los futuristas del siglo pasado ya preveían este arroyo como el «gran eje del futuro trabajo urbano», pero no contaban con que ese gran eje, hoy M-30, se quedase pequeña y desbordada ante el enorme tráfico rodante de la actualidad.
Curiosidades de Madrid - Isabel Gea
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