Hasta el año 1868, el parque del Retiro estuvo acotado al público por ser propiedad real. Desde su creación perteneció a la familia real estando prohibida la entrada al pueblo de Madrid.
En 1767 se permitió por primera vez que el público pudiera pasear por algunas zonas del parque cumpliendo, eso sí, ciertas condiciones que fueron publicadas en un Aviso al público. Aunque las normas nos resulten cómicas, hay que trasladarse a mediados del siglo XVIII y comprender la mentalidad de entonces. Los hombres podían entrar en el recinto siempre que fueran "peinados, sin gorro, red, montera, ni cosa que desdiga del traje decente que se usa; por consecuencia sin casaca y chupa, sin jaquetilla, ni capa ni gabán". Las mujeres también tenían que cumplir una serie de requisitos, no se vayan a creer que iban a ser menos. Al entrar, tenían que guardar el manto, pues a la que la viese en el hombro o en la cintura se le podría quitar por los Guardas Reales del Sitio, sin que sirva de disculpa el ambiente u otra razón.
En 1767 se permitió por primera vez que el público pudiera pasear por algunas zonas del parque cumpliendo, eso sí, ciertas condiciones que fueron publicadas en un Aviso al público. Aunque las normas nos resulten cómicas, hay que trasladarse a mediados del siglo XVIII y comprender la mentalidad de entonces. Los hombres podían entrar en el recinto siempre que fueran "peinados, sin gorro, red, montera, ni cosa que desdiga del traje decente que se usa; por consecuencia sin casaca y chupa, sin jaquetilla, ni capa ni gabán". Las mujeres también tenían que cumplir una serie de requisitos, no se vayan a creer que iban a ser menos. Al entrar, tenían que guardar el manto, pues a la que la viese en el hombro o en la cintura se le podría quitar por los Guardas Reales del Sitio, sin que sirva de disculpa el ambiente u otra razón.
Como se dijo anteriormente, no fue hasta 1868 cuando el parque pasó a ser público denominándose momentáneamente Parque de Madrid, para que quedara bien claro que pertenecía a los ciudadanos. Como con la revolución de 1868 y el destronamiento de Isabel II fueron cambiados todos los nombres de las calles alusivas a la familia real, esto incluyó el Retiro que con la restauración borbónica recuperó el nombre de Parque del Retiro.
Curiosidades de Madrid - Idabel Gea
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