martes, 12 de mayo de 2020

Chiflo de afilador

La familia de las flautas de Pan, que también reciben el nombre de siringas, zampoñas, sikus, antaras, fusas, etc., se compone de innumerables instrumentos con características similares, pero con una gran diversidad de formas y tamaños, dependiendo de su localización geográfica y cultural. Las encontramos desde el este de Europa hasta Asia y Latinoamérica.
La que aquí presentamos es de reducido tamaño, está construida en una sola pieza de madera, y con frecuencia se adorna con un remate zoomorfo. En España se utiliza casi de forma exclusiva por los afiladores que, antiguamente, también eran reparadores de paraguas. Su manejabilidad permite al afilador anunciar su presencia, con escalas ascendentes y descendentes, sujetando el instrumento con una sola mano, mientras tira con la otra del carrito donde transporta sus herramientas de trabajo. A modo de anécdota, cabe citar que algunos afiladores intentaron sustituir la familiar llamada del chiflo por el estridente chirrido de una ballena de paraguas al rozar con la rueda de afilar. Parece ser que el sonido era tan desagradable que en Valencia llegó a prohibirse explícitamente, y la gente tiraba baldes de agua al afilador que lo utilizaba.
Pocas profesiones han logrado tener un sonido tan identificativo como el del chiflo de afilador, y prueba de ello es que actualmente los profesionales ambulantes que aun ejercen su oficio utilizan una grabación que hacen sonar a través de los altavoces del coche, para que la clientela perciba su presencia.

Este instrumento pertenece a la colección del Museo de la Música de Urueña, colección Luis Delgado.





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