Desde Soria capital coger la N-122 dirección Valladolid. Una vez recorridos 30 kilómetros nos desviaremos a la derecha en dirección a la localidad de Calatañazor. Pasado este municipio y antes de llegar a Muriel de la Fuente nos encontraremos a mano derecha con el sabinar.
En los llanos de Calatañazor, un mundo centenario crece lento, antiguo y silente. Es allí, al pie de la hermosa villa medieval que recibe con calles empedradas y chimeneas redondas, donde el sabinar que baja de la sierra de Cabrejas encuentra su densidad más impresionante. Incluido en la Red de Espacios Naturales de Castilla y León, este bosque acogedor y longevo contiene una de las escasas masas de sabinas albares (Juniperus thurifera) de porte arbóreo y gran altura. Forma parte, además, del sabinar de páramo más extenso y mejor conservado de la península.
Reliquia del Terciario y habitante de suelos pobres a más de mil metros sobre el nivel del mar, este árbol con piel de animal antiguo que coloniza espacios imposibles para otras especies, suma a su gran valor ecológico sus bayas, que alimentan en los meses de más frío a cuervos, urracas, zorzales y otros pájaros.
De esta forma, además de ser la muestra de sabinar más espeso del mundo (su densidad es normal para un encinar, pero excesiva para un sabinar tipo) se revela como un bosque invernal muy interesante para los aficionados a la ornitología.
Algunos de los ejemplares llegan incluso a los catorce metros de altura y cinco de perímetro.
Más información: Casa del Parque de la Fuentona y del Sabinar de Calatañazor
De todo un poco. Leyendas, tradiciones e historias curiosas de todas las regiones de España. Unas son verdad y otras no tanto.
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