lunes, 27 de abril de 2020

Olivo bimilenario de Gorga


El Olivo Bimilenario de Gorga con más de 2.000 años de antigüedad, se ubica en los alrededores de la Sierra de Aitana, en el paraje conocido como Racó de Felip o Sobirà, en pleno Valle de Travadell.
Aunque actualmente el olivo está abancalado en un olivar en pleno Valle de Travadell, siglos atrás los lugareños decidieron aprovechar la oquedad de su tronco, que cuenta con un perímetro de 13 metros y una altura superior a los 7 metros, para hacer una casa dentro del árbol en la que llegó a vivir una familia durante años. Este ejemplar único en España ofrece aún una gran producción de aceitunas que se cifra en más de 200 kilos al año.
Este olivo encarna la esencia milenaria del árbol más mediterráneo a la vez que sirvió, literalmente, de morada y hogar para una familia a principios del siglo XX, lo cual es probado con una antigua y romántica fotografía de época. Hoy el tronco, aún con su puerta y ventanas, sigue siendo refugio de pastores durante los días de tormenta.
El olivo es propiedad de D. Juan Ferrándiz Soriano, y ha sido galardonado por la asociación española de Municipios del Olivo (AEMO) con el PREMIO AEMO AL MEJOR OLIVO MONUMENTAL DE ESPAÑA 2009-2010.
Sin lugar a dudas, este Olivo Monumental es una de las joyas de la cultura y paisaje alicantino que, como tal, merece este reconocimiento y valoración.
Hay que reconocer que cada árbol en general y cada olivo en particular, son hermanos que llevan siglos luchando a favor de la humanidad. Para ello cuentan con dos factores esenciales que le aseguran la victoria: tienen tierra y tienen tiempo. Sólo las inclemencias meteorológicas y la mano del hombre pueden provocar su derrota.
La leyenda de este olivo se pierde en los albores de nuestra historia. Quizás este árbol mágico no impresione tanto por su porte como otros, pero lo curioso es que el ser humano ha ido modificando mucho el terreno a lo largo de dos milenios.
De hecho, siglos atrás, los campesinos decidieron aprovechar la gran oquedad de su tronco para hacer una casa dentro del árbol. Poco a poco se ampliaron algunas estancias más y allí vivió una familia durante años.
Hoy en día sólo queda la estancia del tronco con su puerta y sus ventanas, utilizándose como refugio de pastores durante las tormentas. Curiosamente dispone en su interior de un banco para poder sentarse.
Estar dentro del corazón del árbol, apreciar su techo de raíces, sus brotes nuevos y su frescor mientras vislumbras por la ventana el verdor del Valle del Travadell... es algo especial y una experiencia única.

Olearum

No hay comentarios: