Un bosque de pino laricio en la Sierra de Guadarrama. Existe un pinar, cerca del pueblo de Guadarrama, muy poco común por estas latitudes. Su existencia y pleno esplendor se remonta a la época de los Reyes Católicos. Hablamos de una agrupación de pino laricio -Pinus nigra-, considerada como la más antigua de España sobre terrenos ácidos, localizada cerca del embalse de La Jarosa, a unos seis kilómetros siguiendo una pista que lleva hasta las praderas de La Covacha y el arroyo de La Hilera.
El pino laricio tiene una corteza de color blanco plateado y es una especie que se desarrolla en suelos calizos. Lo normal es que esté presente en zonas del sur de la Península –aunque también se puede apreciar en áreas prepirenáicas-. Es muy raro encontrarlo en terrenos ácidos y graníticos como los de la Sierra de Guadarrama y más aún sabiendo que su origen no procede de la repoblación hecha por el hombre.
Los botánicos e ingenieros contabilizaron a primeros del siglo pasado más de 3.000 ejemplares en este bosque que hoy en día cuenta con alrededor de 5.000. No sólo sorprende su formación y desarrollo en terreno hostil, sino también su capacidad de supervivencia durante siglos, ante los embates de la biología y de la depredación humana. Un lujo, en cierto modo inexplicable, que está al alcance de nuestros ojos a cambio de un agradable paseo en plena naturaleza.
Guadarramistas
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