Qué nombre tan bonito y curioso y para un barrio: la Guindalera. Situado entre la avenida de América y Francisco Silvela, el origen de este nombre se desconoce, pero nos queda el recurso de echar mano de la leyenda.
Según ésta, a principios del siglo XIX, existían en estos terrenos unas huertas de guindos regados por el cercano arroyo del Abroñigal (hoy cubierto por la M-30), cuyo dueño, con el tiempo, fue conocido por «don Guindo».
Este buen hombre vendía sus frutos para almíbares y compotas a los conventos de monjas. Nada se sabe de tales huertas y del bueno de don Guindo, pero esta leyenda constituye la única referencia sobre los terrenos donde se levantaría, a partir de 1874, el barrio.
Curiosidades de Madrid - Isabel Gea
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