Barcelona y sobretodo Ciutat Vella está lleno de calles pequeñas y estrechas, hoy descubriremos la más estrecha de Barcelona , estrecha pero que esconde muchos secretos y misterios. Antaño, antes del derrumbamiento de las murallas en Barcelona existían más de 200 calles que tenían una anchura inferior a los tres metros y más de 400 que tenían menos de seis. La calle que tiene el honor de ser la más ceñida de Barcelona es la calle de les Mosques, en catalán, carrer de les Mosques. Tiene un punto donde llega a tener solo un 1 m y 47 cm.
Origen de su nombre:
Calle de las moscas situada justo detrás de la iglesia de Santa María del Mar. En el barrio del Born (distrito de Ciutat Vella) va de entre la calle Montcada (la calle donde está el museo Picasso destaca por ser una vía donde vivía la burguesía de la ciudad) y calle Flassaders (calle donde antiguamente se fabricaban frazadas o mantas). Está calle con nombre de insectos, recibe su nombre debido a las moscas que acudían atraídas por el olor de los almacenes donde se guardaban las mercancías sobrantes del mercado de Santa Catalina (el Born) y que a causa de su estrechez dificultaba la ventilación. Como os podéis imaginar si fuerais moscas aquí podríais hacer vuestro agosto, bueno bromas aparte…
Entre el olor y las moscas que caracterizaban está calle se escondía un burdel muy famoso de su época y de hay el dicho catalán de: «Al carrer de les mosques hi ha funció a les fosques» que en Castellano significa «En la calle de las moscas hay una función en la oscuridad» o «Fer la creu al carrer de les mosques» en Castellano «Hacer la cruz en la calle de las moscas». No sólo era frecuentado por la gente que iba al burdel, sino que también por muchas parejas que no solo hacían «manitas»… La prueba que demuestra que aquí existió el burdel es la Carassa (cabeza de piedra) bautizada con el nombre de papamosques debido a que es un señor con la boca abierta y que pesa !más de 100 kilos¡. Que no es ni nada mas ni nada menos que una señal que se utilizaba para distinguir los burdeles de otros establecimientos. Está función se empezó a utilizada en la Guerra dels Segadors para que las tropas extranjeras, soldados, marineros y los analfabetos situarán los prostíbulos.
Otra anécdota habla sobre está calle habla sobre un 600 que consiguió cruzar la calle. Si tenemos en cuenta que en su punto de menor amplitud (1 m y 47 cm) y la anchura del 600 (1 m 38 cm) ¡Nos sobrarán solamente unos 4.5 cm por cada lado.
También tenemos historietas sobre las persecuciones de ladrones por parte de la policía y como los ladrones lograban ganar tiempo o obligar a los policías a salir de sus coches pasando por está calle ¡Alto policía!
Una leyenda entre los navegantes comenta que este prostíbulo era muy famoso sobretodo por la gente del mar ya que algunos marineros que estaban en situaciones complicadas y mala mar hacían promesas a la virgen de salir casados de él dando la oportunidad a algunas prostitutas afortunadas de abandonar la más antigua de todas las profesiones.
La fábrica de monedas:
El último secreto y no por ello menos importante, nos habla sobre está calle es en ella donde se ubicaba la fábrica de la Seca que era la encargada de fabricar monedas desde el Siglo XIII. La Seca toma el nombre del edificio de la Seca Reial o fábrica de monedas. La palabra seca, en castellano ceca, toma su significado del árabe concretamente de sekka, que significa “lugar donde se fabrica moneda.
Hay una chimenea solo visible desde dentro de la calle de les mosques. La entrada principal de dicha fábrica está en la calle Flassaders concretamente en el número 40.
La fachada principal es bastante conocible ya que se caracteriza por tener un gran escudo real de la casa de los Borbones.
Más en la actualidad:
Ya más en la actualidad, concretamente en 1991, se decidió cerrar la calle al público con dos vayas, debido a el uso incivíco de la gente por los fuertes olores debido que se volvió ¡un urinario público al aire libre!
Carrer de les mosques actual.
Aquí tenemos la calle en la actualidad sin sexo, sin policías siguiendo a fugitivos, sin está calle sigue teniendo encanto y es mucha la gente que se acerca para tomar alguna foto o recordar alguna anécdota cómo las anteriormente escritas
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