Calle del Perro - Desde la calle de Tudescos á la de la Justa.
Tradición.—El famoso marqués de Villena, maestre de Calatrava, había construido en este sitio una casa de madera, en la que encerraba aparatos de física y química, y libros curiosísimos. Guardaba la casa un enorme mastín, que no dejaba acercarse a persona alguna, y hubo que matarle de un tiro de ballesta cuando el obispo de Cuenca D. Lope Barrientos quemó en el claustro de Santo Domingo el Real los escritos de Villena.
Dícese que el perro en cuestión causaba mal de ojo, superstición que hizo en el barrio célebre al animal.
Cuenta otra tradición que en una especie de callejón de tablas había un valiente can que, por su bravura, murió de hidrofobia; este perro pertenecía a D. Pedro de Silva, duque de Alba.
(Carlos Cambronero)
Nota: Esta calle ya no existe. Desapareció al abrirse la gran Vía
Nota: Esta calle ya no existe. Desapareció al abrirse la gran Vía
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