Tras la misa las calles se llena de jóvenes con tableros (de ahí el nombre de la fiesta) sobre los que se sujetan bollos, frutas y flores que llevan en equilibrio sobre la cabeza. Van con el traje regional en el que destacan los refajos bordados.
Todo el pueblo las acompaña tocando instrumentos típicos como tambores, panderetas y latas. El desfile se repite los días 25, 26 y 27.
A 39 km de Cáceres. 800 habitantes.
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