"Era un sitio para el vicio", recuerda un vecino. Después de la descarga de adrenalina, que duraba unos segundos, la gente volvía a la apatía del bar, se amontonaban en las taquillas para apostar de nuevo.
Cerró en el 2006, inicialmente para instalar un centro de arte contemporáneo, pero después de una sonada polémica parece que lo ocupará el enésimo centro de emprendedores.
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