Este es otro excelso ejemplo de los primeros 500 metros de costa asturiana en donde rige la prohibición de construir. A lo que se añade su catalogación como paisaje protegido de la Costa Occidental. Lo suyo es dejar el coche en el área recreativa de Sabugo y seguir a pie medio kilómetro, sobrepasando la vía del tren, para continuar después todo derecho otros 300 metros hasta dar con los acantilados de Las Crucianas. Se aconseja ir siempre con reflujo marino puesto que las piedras lindan con la huella de la pleamar; y que nadie se sorprenda de que enseguida se impongan las sombras. La punta de Los Aguiones nos separa de la playa de Otur, de fácil acceso y camping recomendable.
(El País)
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