En el plano de Texeira, Puerta Cerrada y la plaza de este título forman un solo sitio, aunque irregular; y otro tanto acontece en el plano de Espinosa.
La denominación era ya conocida en el siglo XVI.
Consta que hubo de ensancharse en 1538. La puerta debió hallarse, siguiendo la línea de muralla señalada en los planos que tantas veces mencionamos, en el trozo de vía
pública comprendido entre las casas números 9 y 4, que corresponden aproximadamente al 4 antiguo de la manzana 150, y al 3 antiguo de la 169.
Se conservan antecedentes de construcciones particulares desde 1639.
En este sitio existía una puerta que hubo de permanecer cerrada durante algún tiempo, porque tenía dos revueltas que ofrecían sitio seguro a los rateros para capear a los transeúntes, o quitar la capa, que decimos en romance. Esta puerta fué derribada en 1569, al decir del cronista Juan López de los Hoyos, y tenía en su parte superior una culebra figurada en piedra, por lo que dieron en llamar á la citada salida Puerta de la culebra.
La cruz que se halla en este sitio no tiene significación alguna: es el adorno de un registro de agua, y se colocó á mediados de este siglo. En 1783 existía para adorno una pirámide. Había cruces en algunas plazas públicas, y se mandaron quitar en 1809.
Aunque descuidadas las disposiciones de policía urbana en el siglo XVI, no lo fueron por completo. En 1510 se mandó que las fraguas estuviesen en Puerta Cerrada, extramuros de la población.
Derribadas la puerta y la muralla, dejó el sitio de ser extramuros; nos lo prueban aquellos tan conocidos versos de Tirso de Molina:
Como Madrí está sin cerca,
a todos gustos da entrada;
nombre hay de Puerta Cerrada,
mas pásala quien se acerca.
(Carlos Cambronero)
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