Este paraíso de arena blanca y aguas turquesas se ubica en el parque natural de ses Salines en la isla de Formentera. Es del todo excepcional; tanto que no hace mucho fue escogida como la mejor playa de Europa y una de las mejores del mundo por la calidad de sus aguas (gracias a la esencial posidonia) y la belleza de los paisajes de la zona.
(National Geographic)
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