martes, 28 de mayo de 2019

Castiñeiro da Torre da Forxa


Cachopo, cañota, caracocho, carocha… son algunos de los nombres dados en Galicia a los viejos árboles, sobre todo castaños y carballos, que por su edad y estado de podredumbre presentan grandes huecos en el tronco en la parte inferior.
En Porqueira se conservan varios ejemplares de estos árboles cuya edad se cuentan ya por siglos. Uno de ellos que se encuentra muy cerca de aquí es el Carballo Grande de Reboreda y está incluido en el Catálogo de Árbores Senlleiros para su especial protección. Sin embargo otros no gozan de dicha protección y no dejan de ser espectaculares y longevos.
Es el caso del castaño que se encuentra en el barrio de A Torre, a unos cien metros al este de la Torre da Forxa, la cual podremos desde aquí. Su gran tronco central ha podido ver seguramente como los Irmandiños tomaban y destruían la vecina torre y cientos de años más encima hacen de este castaño un ejemplo de supervivencia. Su tronco central está podrido pero aún resiste y aún puede verse como brotan las ramas con las hojas del castaño.
Lo más peculiar de este es que a su alrededor y del mismo tronco central han salido gigantescas ramas que al no haber sido podadas en muchos han alcanzado un gran tamaño que ya les gustaría a muchos otros castaños en la actualidad. Estas parecen como proteger al viejo y cansado castaño. Recordemos que los castaños se podan para aumentar la ramificación y por ello la producción de castaños. Cuando veamos castaños altos y esbelto seguramente fueran para aprovechar su madera para vigas y otros, como el caso de las Fragas y Souto de Quiroga en Catasós, Lalín.
Bien merece la pena detenerse a ver esta obra de la naturaleza. Recordad que muy cerca tenemos la fantátisca Fervenza do Río da Fírbeda.

Galicia Máxica 

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