La Laguna de Lor se encuentra situada en el sur de Navarra entre los municipios de Cascante y Ablitas y recibe su nombre de un antiguo pueblo que desapareció en el siglo XVII. Rodeada de viñedos y olivares, esta laguna natural recrecida artificialmente de 18,5 hectáreas, recoge sus aguas del Moncayo con fines de regadío.
A lo largo de los siglos, ha pasado por diversas manos: los árabes, Alfonso el Batallador, el Monasterio de Veruela, el rey Sancho el Fuerte, la orden de San Juan de Jerusalén y en la época medieval, a Doña Urraca Gil, señora de Ablitas. Al desaparecer el pueblo la balsa pasó a depender administrativamente del término de Cascante.
Existen unos derechos de pesca muy antiguos sobre la misma que evitan el daño irreversible a los peces que la habitan.
Dice la leyenda que la Laguna de Lor está habitada por hadas y que, mientras paseas, si estás en silencio, puedes escuchar sus lamentos y suspiros.
Cesta de pesca
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