El espectacular emplazamiento de Siurana, sobre unos farallones de piedra rojiza y rodeado de profundos barrancos, contribuye al legendario Historial de esta villa, uno de los últimos reductos árabes en Cataluña. Precisamente la expulsión de los musulmanes está unida a la leyenda de su reina, que prefirió lanzarse a caballo sobre el abismo antes de caer en manos de los cristianos.
El espectacular emplazamiento de Siurana, sobre unos farallones de piedra rojiza y rodeado de profundos barrancos, contribuye al legendario Historial de esta villa, uno de los últimos reductos árabes en Cataluña. Precisamente la expulsión de los musulmanes está unida a la leyenda de su reina, que prefirió lanzarse a caballo sobre el abismo antes de caer en manos de los cristianos.
Más tarde, al igual que otras poblaciones de la zona, sirvió como refugio de los cátaros, huidos del Languedoc tras la caída de Montsegur. Como recuerdo de aquella época, todavía conserva muros, arcadas y parte de su primitivo castillo, que sirvió de cárcel a algunos ilustres personajes, como Carlos D'Anjou.
El caserío, cuidado y coqueto, merece un recorrido pausado entre sus bonitas casas de piedra, que a menudo se asoman a la plataforma rocosa en la que se apoya el pueblo.
Entre los edificios destaca la iglesia románica de Santa María del siglo XII y junto a ella el recoleto cementerio, con algunas estelas medievales.
(Pequeños pueblos medievales)
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