El lugar era perfecto para levantar un nuevo icono. El W Hotel, con su características forma de vela, es el referente arquitectónico de la Barcelona marítima, por mucho que las torres de la villa olímpica sigan siendo más altas.
Es cierto que el edificio está hecho para impresionar, que Ricardo Bofill sabía que lo que necesitaba era un fotón que sorprendiera y llamara la atención internacionalmente. Lo ha conseguido, y además, sin caer en el riesgo de la horterada superior.
Es cierto que el edificio está hecho para impresionar, que Ricardo Bofill sabía que lo que necesitaba era un fotón que sorprendiera y llamara la atención internacionalmente. Lo ha conseguido, y además, sin caer en el riesgo de la horterada superior.
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