En 1856 viaja al Perú por el Cabo de Hornos, conoce los Andes. En 1857 va a las costas de América del Norte y al Caribe. En 1858, en el Pirineo, sube a Monte Perdido, encuentra a Tonnellé en Góriz y recorre Millaris en medio de una violenta ventisca.
En Russell se mezclan el montañero puro y el viajero a escala del mundo. En 1858 sale para Moscú; en 1859, con un correo ruso atraviesa en trineo el lago Baikal helado, el desierto de Gobi, la muralla china, llega a Pekín, de donde es expulsado, vuelve a recorrer Gobi, pasa al Japón, Hong-Kong, Macao, Australia, se pierde en las montañas de Nueva Zelanda, va a Ceilán, Calcuta y llega hasta el Himalaya.
Por Suez y el Mediterráneo vuelve al Pirineo, llora al verlo y asciende inmediatamente al Viñemal. Desde entonces no cesa en recorrer la desolada «región superior», las grandes cumbres, los «tresmiles»; un día dirá que sólo empieza a ser feliz cuando ha sobrepasado los dos mil metros de altitud.
En Russell se mezclan el montañero puro y el viajero a escala del mundo. En 1858 sale para Moscú; en 1859, con un correo ruso atraviesa en trineo el lago Baikal helado, el desierto de Gobi, la muralla china, llega a Pekín, de donde es expulsado, vuelve a recorrer Gobi, pasa al Japón, Hong-Kong, Macao, Australia, se pierde en las montañas de Nueva Zelanda, va a Ceilán, Calcuta y llega hasta el Himalaya.
Por Suez y el Mediterráneo vuelve al Pirineo, llora al verlo y asciende inmediatamente al Viñemal. Desde entonces no cesa en recorrer la desolada «región superior», las grandes cumbres, los «tresmiles»; un día dirá que sólo empieza a ser feliz cuando ha sobrepasado los dos mil metros de altitud.
Sube al Cilindro, al Aneto, al Balaitús, al Posets, al Coronas, al Cotiella... En compañía de Packe recorre los Montes Malditos. Mientras continúa sus ascensiones (el Infierno, los Alpes, etc.), es cofundador, en 1864, de la primera sociedad pirineísta, de la que será secretario, y director, en 1866, de su revista. Pero su gran pasión fue el Viñemal, en el que llegó a poner una torre de piedras para hacerlo más alto. En 1880 decidió habilitar unas grutas en este pico, en las que permanecía con frecuencia, y en el año 88 se le otorgó la concesión por 99 años de su glaciar oriental.
Gran Enciclopedia Aragonesa
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