A pocas personas, salvo las que están muy puestas en historia, les sonará el nombre de Ana de Mendoza, en cambio, ¿quién no ha oído hablar de la princesa de Eboli? Doña Ana de Mendoza, princesa de Éboli, famosa entre otras cosas por su singular belleza y su parche para cubrir el ojo tuerto, vivió en una casa situada frente al antiguo Alcázar, residencia del rey, con quien mantenía amores secretos. Felipe II no tenía más que cruzar la calle para encontrarse secretamente con la princesa de Eboli, su amante y amante a su vez de Antonio Pérez, secretario del rey.
La casa fue derribada y en su lugar se levantaron los jardines que hay frente a la plaza de la Armería. Pero aunque la casa haya desaparecido, aún perdura en la historia matritense los amores de esta princesa bella y tuerta o tuerta y bella, según se prefiera.
La casa fue derribada y en su lugar se levantaron los jardines que hay frente a la plaza de la Armería. Pero aunque la casa haya desaparecido, aún perdura en la historia matritense los amores de esta princesa bella y tuerta o tuerta y bella, según se prefiera.
Curiosidades de Madrid - Isabel Gea
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