Dado que desde tiempos de Julio César hasta el Papa Gregorio XIII el calendario se había desfasado diez días, la entrada en vigor del calendario gregoriano tuvo como consecuencia la eliminación de dicho número de días. Así después del jueves 4 de octubre de 1582 (juliano) vino el viernes 15 de octubre de 1582 (ya gregoriano), dando lugar a diversas anécdotas como el hecho que Santa Teresa de Jesús estuviera aparentemente sin enterrar durante 11 días, ya que falleció el día 4 de octubre de 1582 (juliano) y fue enterrada el día 15 (gregoriano), justo el día siguiente aunque mirando la fecha parezca que fueron 11 días más tarde.
La aplicación de la reforma gregoriana no fue inmediata en todo el mundo, siendo aplicada desde el primer día en Italia, España, Portugal y progresivamente en sus colonias, y algo más tarde le siguieron el resto del mundo católico. Ahora bien otros sectores del cristianismo tardaron bastante más como el Reino Unido que no lo aplicó hasta 1752 o aún más tarde en Rusia, Grecia o Turquía que no lo aceptaron hasta los años 20 del siglo XX. Con ello, se han generado numerosas curiosidades como el hecho que Cervantes y Shakespeare murieron el 23 de Abril de 1616 pero no era el mismo día, ya que en Inglaterra aún se regían por el calendario juliano.
(El Periódico)
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