miércoles, 24 de octubre de 2018

Olla de San Vicente - Cangas de Onís

La Olla de San Vicente, es un paraje idílico difícil de olvidar. Y en verano, un magnífico lugar para darse un chapuzón en una piscina natural de incomparable belleza.
El río Dobra, uno de los más verticales de la orografía asturiana, nace en la vertiente leonesa de los Picos de Europa y termina su recorrido cediendo sus aguas al Sella. A pesar de que su recorrido es corto, permite distintas opciones para disfrutar de la naturaleza.
Si te apetece conocer la historia y la gastronomía de Asturias y descansar unos días en familia rodeado de naturaleza, reserva ya aquí.

Ruta a la Olla de San Vicente
Además de actuar en algunos tramos como frontera natural del Parque Nacional y de separación entre los municipios de Amieva y Cangas de Onís, este río ofrece algunos de los paisajes más espectaculares del entorno de los Picos de Europa, y alguna de las excursiones más interesantes del oriente de Asturias.
Para llegar al punto de inicio debéis coger la N-625 desde Cangas de Onís en dirección al puerto del Pontón. Una vez paséis Caño, llegaréis a Tornín y, después de pasar el pueblo, a la izquierda de la carretera hay un restaurante que tiene su propio aparcamiento, sólo para uso de clientes. Eso sí, hay también un espacio público donde pueden aparcar coches pero, en temporada alta, es posible que no encontréis sitio. En zonas cercanas se pueden encontrar algunas plazas más para poder dejar el vehículo.
El recorrido con niños pequeños se realiza en una hora aproximadamente. La primera parte del sendero transcurre sobre pista ancha así que no hay ninguna dificultad. Sólo doscientos metros después de iniciar el camino, llegaréis a un puente de piedra al que llaman ‘Romano o viejo’, que no hay que cruzar, ya que os llevaría a otro destino. En cualquier caso, la senda no tiene pérdida.
Durante el camino, hay tramos en los que irás pegado al río y verás pozas en la que apetece darse un baño. También hay algunas cabañas de piedra a lo largo del recorrido, con un paisaje de fondo espectacular.
La segunda parte del sendero es quizás, en la que hay que estar más pendiente de los niños, ya que el camino se hace más estrecho y parte de él transcurre por roca, donde en épocas húmedas podrías resbalar.
Sabréis que estáis a pocos metros de terminar la ruta cuando el camino se vuelve a hacer más ancho sobre una pequeña pradera con árboles a los lados. Finalmente, encontraréis la Olla de San Vicente, que conserva aguas cristalinas debido está exento de todo tipo de contaminación.

Recomendaciones
Aunque la ruta es idónea para hacer con niños no se puede hacer en ningún caso con carrito, salvo que decidáis plegarlos y cargar con ellos en los tramos más complicados. Es preferible usar una mochila porta bebés, ya que como el recorrido es relativamente corto, se hace muy bien.
Los menores de cinco o seis años deben estar siempre cerca de un adulto, ya que hay tramos un poco más complejos. Algunos son estrechos y otros están sobre rocas al lado del río así que es aconsejable que, a esas edades, vayan agarrados de la mano de alguna persona mayor.
Si queréis daros un baño, es recomendable que llevéis chanclas adecuadas para ello. No hay que olvidarse de que es agua que baja de los Picos de Europa, lo que la convierte en una poza natural de temperatura bastante fría. entre junio y septiembre es la mejor época para bañarse.

(Sapos y Princesas)

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