El predominio de la roca caliza es muy notorio y, tanto el paisaje como las formas generadas, son algunos de los principales rasgos de la cordillera. La circulación de aguas subterráneas, por ejemplo, ha creado un extensa red de galerías. Así mismo, el patrimonio cultural que guarda el Parque Natural de Aizkorri-Aratz es muy reseñable.
No en vano hay posibilidad de conocer un centro relijioso de primer orden como es el caso del Santuario de Arantzazu, o monumentos megalíticos, e incluso antiguas estructuras relacionadas con el carboneo y el pastoreo. De cualquier forma, la amplitud del territorio evidencia la complejidad paisajística y la diversidad de sus uso.
Los hayedos de la vertiente norte, los melojares de la vertiente sur, los pastos de montaña y las parcelas de coníferas cubren la mayor parte del Parque Natural de Aizkorri-Aratz.
Esa diversidad de ecosistemas se ve reflejada en las numerosas especies que han encontrado un lugar ideal para vivir tanto en los bosques como en las praderas o roquedos: tritón alpino, rana patilarga, halcón peregrino, buitre leonado, alimoche, chova piquigualda, chova piquirroja, topillo nival, marta, turón, gato montés, varias especies de murciélagos...
Cultura
El origen de la presencia humana en este entorno se pierde en la niebla de los días. Los monumentos megalíticos componen la evidencia más significativa del paso de los hombres miles de años atrás.
Desde entonces, el pastoreo, el carboneo y otras tantas actividades también han ido dejando su impronta. A pesar de ser mucho más reciente, el Santuario de Arantzazu merece una mención especial, ya que en él confluyen fe y cultura.
Junto a todo ello, la cueva de Arrikrutz igualmente hace una aportación importante al patrimonio cultural de la zona.
(Mendizmendi)
No hay comentarios:
Publicar un comentario