Abierta al mar y en el límite entre las Rías Baixas y Altas, esta villa señorial construida en piedra es la más típica estampa gallega, con rúas estrechas y serpenteantes que confluyen en pequeñas plazas, cruceiros, fuentes, casas típicas con soportales y un activo puerto pesquero.
(Hola Viajes)
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