Extremadura, región de mitos y leyendas, cuenta con una imagen religiosa atípica. El Cristo Negro de Cáceres es una talla gótica de madera oscura que amedrentaba a sus fieles, quienes no se atrevían a tocarle o mirarle. Se dice, incluso, que las familias de acusados por delitos de sangre, pedían que las sentencias se ejecutaran delante de él para que no se cumplieran. Hoy en día, la escultura sale en una de las procesiones más enigmáticas de la Semana Santa. Hay quien habla de sucesos extraños a su paso y de un respeto inusitado de los miembros de su Cofradía.
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