La parroquia de la Ciutadella, superviviente de la antigua fortaleza de Felipe V, conserva el uso castrense tres siglos después.
La desaparecida fortaleza de la Ciutadella fue el gran y odiado legado arquitectónico que Felipe V dejó a los barceloneses. Durante un siglo y medio fue símbolo de dominación, represión y terror, hasta que el general Joan Prim, tras la revolución liberal de 1868, la donó a la ciudad, que la reconvirtió en el actual parque para albergar la Exposición Universal de 1888.
No obstante, de los edificios que albergaron una guarnición de 8.000 soldados, se salvaron tres de la piqueta: el arsenal, hoy Parlament de Catalunya; el palacio del gobernador, actual instituto Verdaguer, y la iglesia, único espacio del antiguo recinto militar que sigue conservando un uso castrense.
La desaparecida fortaleza de la Ciutadella fue el gran y odiado legado arquitectónico que Felipe V dejó a los barceloneses. Durante un siglo y medio fue símbolo de dominación, represión y terror, hasta que el general Joan Prim, tras la revolución liberal de 1868, la donó a la ciudad, que la reconvirtió en el actual parque para albergar la Exposición Universal de 1888.
No obstante, de los edificios que albergaron una guarnición de 8.000 soldados, se salvaron tres de la piqueta: el arsenal, hoy Parlament de Catalunya; el palacio del gobernador, actual instituto Verdaguer, y la iglesia, único espacio del antiguo recinto militar que sigue conservando un La iglesia de la Ciutadella es, a pesar de su ubicación, una de las más desconocidas de los barceloneses. Al menos su interior, clausurado durante toda la semana y solo accesible los domingos al mediodía cuando tiene lugar la misa. Aún hoy está bajo la jurisdicción del Arzobispado Castrense de España. Sus feligreses son casi exclusivamente oficiales del ejército y ex militares.
Esta peculiar parroquia de estilo neoclásico francés, fue erigida pocos años después de la caída de Barcelona de 1714. La diseñó el ingeniero militar borbónico Alejandro de Retz, y durante muchos años corrió el rumor, nunca confirmado, de que en su cripta se hallan los restos de Próspero de Verboom, el ingeniero de Felipe V que dirigió los trabajos de la Ciutadella, los derribos del barrio de la Ribera y la construcción de la Barceloneta.
El templo está dedicado a la Inmaculada Concepción, patrona de la Infantería. El resto de armas están representadas en las capillas laterales, como la de la aviación, con la virgen de Loreto. Más recientemente se ha incorporado una capilla dedicada a la Moreneta.
En el interior de la iglesia se encuentra una sola tumba, de un tal Claudio Traggia Roncal, brigadier que estuvo destinado en la Ciutadella. El sepulcro se encuentra justo debajo de un plano de la antigua fortaleza. En 1934, las autoridades republicanas aprobaron un proyecto para convertir la iglesia en un panteón de catalanes ilustres, entre los cuales se encontrarían los restos del presidente Francesc Macià. La guerra civil y la posterior dictadura frustraron la iniciativa, y la parroquia sigue conservando el carácter castrense original.
La Vanguardia
No hay comentarios:
Publicar un comentario