Una vetusta fuente de piedra anima la plaza de San Martín del Castañar, localidad asentada junto al cruce de las calzadas romanas que atravesaban la sierra de Francia. Una estela de aquella época que se encuentra en el atrio de su iglesia, y la ermita de humilladero, situada a las afueras del pueblo sobre lo que -según parece- era un antiguo templo romano, acreditan la antigüedad del pueblo.
Este alcanzó cierta importancia en el siglo XII cuando había aquí un monasterio y posteriormente se levantó el castillo que perteneció al obispado de Salamanca y sirvió como cárcel. Hoy, lo que queda en pie de la torre del homenaje y de sus murallas albergan el cementerio local.
Junto al castillo se puede ver una peculiar plaza de toros rectangular y el gigantesco tocón de un olmo seco, rodeado de algunas características viviendas serranas con porche y balconada de madera.
Un poco más abajo se encuentra la iglesia parroquial, gótico-mudejar, iniciada en el siglo XIII y reformada posteriormente. En torno a ella transcurren las principales calles del pueblo, en las que asoman algunas fachadas con escudos y marcas sobre los dinteles de piedra.
En la plaza Mayor se alza el Ayuntamiento, la vieja cárcel y el rollo de justicia, y un breve paseo conduce al puente romano, que comunica con un entrañable rincón formado por las ermitas del Socorro y el Humilladero.
(Pequeños pueblos medievales)
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